
Redacción
Jasmine Paolini no olvidará nunca lo que está viviendo en 2024. Hace un mes jugó la final de Roland Garros, cuando hasta entonces no había llegado nunca a los cuartos de final de un Grand Slam.
Cayó ante Iga Swiatek, imbatible sobre tierra batida. Y este martes se clasificó de forma brillante para las semifinales de Wimbledon, con un triunfo por 6-2 y 6-1 en 58 minutos contra la multimillonaria estadounidense Emma Navarro (23 años y 19ª del mundo).
No había ganado nunca un partido sobre hierba a nivel WTA antes de este curso y ahora está a un paso de la final del Grand Slam británico, dos semanas después de jugar la penúltima ronda en Eastbourne.
“Es increíble, simplemente. Es asombroso ganar en esta pista tan especial y estar en las semifinales, no sé qué decir”, dijo Paolini, que ya es historia del tenis italiano, porque ninguna compatriota suya había llegado tan lejos en el All England Club. Una gran alegría después de la derrota de Jannik Sinner en el cuadro masculino.
La nueva número cinco del ranking le tenía ganas a Navarro, que le había infligido tres derrotas en los últimos nueve meses y se sacó la espina a lo grande.
“Es muy especial, un sueño estar en esta posición. Vi finales cuando era pequeña por televisión y es increíble estar aquí, tan cerca de una ahora. Emma me había ganado tres veces y esta vez creo que he jugado realmente bien. Espero disfrutar del próximo partido ante una gran rival”.
Vekic, emocionada
Será este jueves, contra Donna Vekic, que puso fin al sueño de la qualifier neozelandesa Lulu Sun (5-7, 6-4 y 6-1 en 2h08). “No sé cómo lo he hecho, porque en los dos primeros sets mes sentía morir”, apuntó la croata.
“Hay un box aquí lleno de gente sin la que no estaría aquí”, añadió después de romper a llorar cuando el entrevistar le anunció, alargando las palabras, que era “se-mi-fi-lis-ta de Grand Slam”.