Redacción
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El pasado fin de semana, los fanáticos de la Fórmula 1 atestiguaron cómo Sergio Pérez se convertía en el primer mexicano en ganar el Gran Premio de Mónaco, la carrera más prestigiosa de la máxima categoría del automovilismo.
Checo Pérez supo venir de atrás para terminar en la primera posición en el Principado a bordo de su Red Bull en una competencia que parecía dominada por los Ferrari de Carlos Sainz y Charles Leclerc, quienes dilapidaron su ventaja.
Ante la debacle que hizo que Leclerc perdiera la carrera quedando incluso fuera del podio tras arrancar en la primera posición, el ingeniero Iñaki Rueda explicó los errores puntuales que consideran fueron clave en la victoria del de Red Bull.
«Con Charles Leclerc, cometimos dos errores: el primero fue cubrir a Checo Pérez. Mientras que con Carlos nos dimos cuenta muy tarde en su vuelta que no podíamos cubrir a Pérez, con Charles teníamos una gran brecha y pensamos que podíamos cubrir a Pérez», dijo en un video.
«Al comienzo de la vuelta 18, Charles tenía una ventaja de más de 10 segundos sobre Pérez. Pensamos que esta ventaja se reduciría porque Pérez, con neumáticos intermedios, era mucho más rápido que Charles con los extremos».
De acuerdo a Rueda, la distancia entre ambos se reduciría progresivamente, pero Checo los sorprendió al volar en la pista, descontando hasta nueve segundos.
«Lo que no esperábamos era que Pérez fuera nueve segundos más rápido en general en esa vuelta, y por eso perdimos la carrera con Charles», apuntó.
La parada fatídica
El momento clave de la carrera, la doble parada en pits de Carlos Sainz y Charles Leclerc, misma que no resultó según lo planeado por la Scuderia, pues no tenían el margen suficiente para ejecutarla sin hacerle perder tiempo al monegasco.
Con sus autos dominando la carrera, desde la cabina pensaron que sería lo mejor tener a ambos autos con neumáticos para clima seco, pues le permitiría Sainz conservar la ventaja y a Leclerc tapar el regreso de Pérez.
«Mientras entrábamos, estábamos mirando nuestras herramientas y nuestros espacios, y el hueco entre nuestros coches era de cinco segundos: era hora de un ‘doppio’. Un ‘doppio’ cómodo se hace con seis segundos entre los coches, pero pensamos que cinco segundos y medio podrían ser suficientes. A medida que los coches se acercaban más y más a la entrada a boxes, la brecha se reducía, y en la entrada a boxes, la brecha era de solo tres segundos y medio».
La idea era clara, pero sin el margen suficiente para maniobrar, Leclerc tuvo que quedarse detrás de Sainz, perdiendo un par de segundos que le dejaron fuera del podio, pues fueron la diferencia para que Max Verstappen le arrebatara el tercer puesto.
«Hicimos un intento de último segundo para tratar de decirle a Charles que se quedara fuera, pero ya era demasiado tarde. Ya se había desviado hacia el pit lane».
«¡Carajo, carajo! ¡Qué carajo están haciendo!», reclamó Leclerc.
Así se gestó la tragedia de Ferrari en una competición que tenía plenamente dominada y que terminó con los Red Bull arruinando la fiesta.