
La industria de los videojuegos ha vuelto a ser escenario de un intenso debate sobre los límites de la libertad creativa y la responsabilidad histórica. La plataforma Valve, dueña de Steam, eliminó recientemente un mod del videojuego Mount & Blade: Warband tras una solicitud formal del Comité de Clasificación y Administración de Juegos de Corea del Sur (GRAC), argumentando que la modificación distorsionaba hechos históricos sensibles para el país.
El contenido en cuestión era una conversión total del juego original titulada Gwangju Running Man, la cual transportaba la acción del título medieval a un contexto contemporáneo inspirado en el Levantamiento de Gwangju de 1980, un evento emblemático en la lucha por la democracia en Corea del Sur. Sin embargo, lejos de retratar de manera fiel y respetuosa esta revuelta cívico-estudiantil, el mod representaba a los manifestantes como criminales armados y justificaba implícitamente la represión militar, además de utilizar la imagen del dictador Chun Doo-hwan como material promocional.
La versión del levantamiento presentada por este contenido fue calificada como una forma explícita de revisionismo histórico, lo que generó una oleada de críticas tanto desde el gobierno como desde la ciudadanía. La agencia de noticias Yonhap informó que la indignación se extendió rápidamente, lo que llevó al GRAC a solicitar la intervención del Ejecutivo surcoreano, que finalmente pidió a Valve la remoción total del mod a nivel global.
Valve, conocida por su política de mínima censura respecto a los contenidos generados por usuarios en su plataforma, accedió a la solicitud y eliminó el mod el pasado 12 de junio. En una breve declaración, la empresa expresó su comprensión por la sensibilidad del episodio histórico y reafirmó su disposición a colaborar cuando se trate de representaciones ofensivas de acontecimientos significativos.
La autoría del mod sigue sin esclarecerse. Algunos medios locales señalaron que el contenido podría haber sido subido por un usuario de origen chino, basándose en detalles del perfil, aunque en redes sociales también se ha especulado que podría tratarse de una acción deliberada de sectores ultraconservadores de Corea del Sur, conocidos por sus posturas negacionistas respecto al levantamiento.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la tensión entre libertad creativa y responsabilidad histórica, especialmente en espacios digitales donde los límites editoriales son difusos y el contenido es generado por comunidades globales. También plantea interrogantes sobre el papel que deben asumir las plataformas como Steam frente a temas políticos o de memoria colectiva, así como sobre los mecanismos de regulación y la influencia de los gobiernos en entornos virtuales.