Redacción
Pasaron 379 días para que el Estadio Corregidora abriera sus puertas a la afición, luego de pagar un año de veto, tras los hechos violentos del 5 de marzo del 2022, que dejaron un total de 29 personas heridas y decenas de imágenes que dejaron marcado ese día como el peor episodio de violencia en la historia del futbol mexicano.
En contraste a lo pasó hace un año durante el juego entre Gallos Blancos y Atlas, la tarde de este domingo la presencia de elementos de seguridad fue inmensa. En todos los rincones del estadio y en el circuito que lo rodea, cinco horas antes estuvo montado el operativo de seguridad.
Participaron agentes de la policía municipal, estatal, agentes de seguridad privada, hasta la Guardia Nacional, que se encargó y se encargará a partir de hoy, de realizar los traslados de los clubes hacia la casa del Club Querétaro.
Los aficionados que se dieron cita en el inmueble tuvieron que cumplir con su Fan ID, y lo hicieron gracias a la ayuda de personal que estuvo desde las 17:00 horas, dando soporte para que todos lo tuvieran antes de ingresar a las filas en los cinco accesos.
Ronaldinho, el gran invitado
Alrededor de las 18:00 horas arribó al Estadio Corregidora Ronaldinho, el exjugador de Gallos Blancos, quien junto a Tito Villa, MIguel Martínez, Marco Jiménez, Tiago Volpi y otros exfutbolistas, estuvieron presentes como “embajadores de la paz”.
Dinho tomó el micrófono para emitir un pequeño discurso, que más bien se convirtió en un agradecimiento de no más de un minuto. “Muchas gracias por estar aquí. He pasado momentos muy felices aquí”.
Antes de juego el astro brasileño estuvo en una comida que ofreció el gobernador de Querétaro en la casa de gobierno. Cabe recordar que su visita fue arreglada por el gobierno estatal y no por la directiva de los Gallos Blancos.