
La Selección Mexicana sufrió una derrota contundente ante River Plate, que superó al equipo de Javier Aguirre por 2-0, demostrando una clara superioridad en el encuentro. El juego dejó en evidencia las diferencias entre los dos equipos: mientras que México había sorprendido al Inter de Porto Alegre en su primer partido, ante River Plate el rendimiento fue mucho más limitado. La atmósfera del Monumental, con 80,000 aficionados presentes, pesó sobre los jóvenes mexicanos, quienes no pudieron replicar la misma intensidad y orden que mostraron en Brasil.
Javier Aguirre, quien hizo varios cambios en la alineación por necesidad y planificación, no logró encontrar la fórmula para contrarrestar el juego de los argentinos. La estrategia inicial de esperar y salir al contrataque no funcionó ante un River Plate mucho más serio y comprometido, que se tomó el encuentro como una verdadera prueba. Desde el minuto 7, Giuliano Galoppo aprovechó un balón suelto en el área tras un tiro de esquina para abrir el marcador y darle al equipo local el control absoluto del partido.
El segundo gol de Miguel Borja a los 33 minutos casi sentenció el encuentro, mientras que la defensa mexicana, liderada por Víctor Guzmán y el portero Andrés Sánchez, luchaba por mantener el orden. En la segunda mitad, el equipo tricolor intentó recomponerse y adoptar un estilo de juego más rocoso, buscando frenar al rival mediante una presión más agresiva. Sin embargo, River Plate, con el partido ya controlado, bajó el ritmo, lo que permitió a México tener algo más de presencia en el área rival, aunque sin generar peligro real para el arquero Emiliano Armani.