Redacción
Foto: Especial
Pumas fue incapaz de doblegar a un América moribundo en el Estadio Olímpico y al final todo quedó en un empate 0-0 desabrido, de mucha lucha y muy pocas emociones, que por ahora le dio un poco de oxígeno a Santiago Solari en el banquillo azulcrema.
El ambiente para el partido fue inmejorable: todas las localidades estaban agotadas (salvo las zonas de seguridad), fuera del estadio no se reportó ningún incidente y dentro del inmueble la afición de América y la de Pumas se dedicaron a apoyar.
Sin embargo, nada de eso fue coronado en el terreno de juego donde la lucha por evitar los errores fue constante. Nadie cedió un palmo, el duelo solo se prolongó y de la técnica de los grandes jugadores, nada apareció.
Aun así hubo algunas jugadas importantes y un par de polémicas que le dieron cierto sabor al partido. Una de ellas fue un disparo de Diego Valdés que aprovechó un descuido felino. Atrás estaba Alfredo Talavera que atajó el disparo.
Por parte de Pumas apareció Juan Dinenno que además de un disparo sin fuerza, también fue derribado en el área en una jugada que parecía polémica, pero que el árbitro Fernando Guerrero no consideró falta.
Para colmo, Pumas sufrió dos bajas muy importantes en el partido. Primero fue Jerónimo Rodríguez por una lesión en la pierna izquierda y luego la expulsión de Diogo de Oliveira, que se ganó la tarjeta roja en menos de cinco minutos.
El espigado delantero se ganó una primera amonestación por una falta sobre el portero Memo Ochoa y la segunda tarjeta amarilla se la mostró el árbitro después de que intentó una chilena y en vez de pegarle al balón golpeó a Santiago Naveda, que quedó en el césped.
Ahora, ambos equipos buscarán ganar en la fecha doble, después de decepcionar a más de 40 mil aficionados, según las cifras oficiales, que esperaban más emoción de un Clásico sin sabor.