
Redacción
Después de que el CMB no ha logrado concretar una pelea para unificar el cetro Mosca, Kenia Enríquez decidió darle la vuelta al boxeo y tras semanas de entrenamiento, por fin está lista para su debut en las Artes Marciales Mixtas el próximo 13 de marzo en la jaula.
A días de su preparación, la boxeadora platicó con Mediotiempo sobre lo que será este cambio importante en su carrera y recordó sus inicios en el boxeo, donde su padre hizo la diferencia para impulsar su carrera, luchando contra las carencias económicas de una u otra forma.
“Nunca dejaré de mencionarlo. Mi papá no tenía las botas nuevas, pero siempre buscó la manera de ir al tianguis, andar chachareando para comprarme unos tenis para poder irme a correr, o agarrarle a alguien unos guantes usados o buscar la manera de financiarnos todo esto. Yo creo que las batallas más difíciles en el boxeo han sido abajo del ring y nada qué ver con lo económico sino con la aprobación. Fue difícil que mi papá nos tomara en serio porque somos dos niñas», relató.
La batalla de Kenia
Para Kenia, la batalla más difícil en 17 años de carrera ha sido vencer las barreras que aún existen para las mujeres en el mundo del boxeo y ahora en el mundo de las artes marciales mixtas.
“No hay instalaciones adecuadas para que exista un vestidor adecuado de mujeres y hombres, porque hay que entender que el boxeo es un deporte en el que hemos ganado espacio. A mí me tocó ser la segunda generación de boxeadoras mexicanas, en mi caso la primera fue Jackie Nava, Ana María Torres, La Barbie Juárez, Laura Serrano. Ellas ya abrieron el plano de la televisión que las voltearan a ver. En mi caso es complicado, seguimos luchando por tener instalaciones, de que los gimnasios acepten mujeres”.
Kenia Enríquez superó esos retos y en el Consejo Mundial de Boxeo hizo una carrera brillante donde logró ganar tres veces el campeonato Mundial, actualmente es monarca en Peso Mosca.
Sin embargo, se topó con otro techo de cristal para las mujeres en el boxeo, pues no ha podido conseguir la pelea de unificación y por eso tomó la decisión de entrenar Artes Marciales Mixtas (MMA), que ya le eran familiares gracias a que había apoyado a Alexa Grasso como sparring o porque era invitada a entrenamientos con la colombiana Azul Lara.
“A todo le hago menos a quedarme quieta, después de una carrera muy exitosa, me siento bendecida y agradecida porque son tres títulos mundiales en dos diferentes divisiones, estar en el libra x libra durante tantos años porque lo he hecho en el Peso Minimosca. ¿Qué más hago? La pelea de unificación no se me está dando. Quiero ser la primera mexicana en unificar una división, estoy como la número uno, pero entiendo que el boxeo es un negocio disfrazado de deporte. Hay muchos intereses de por medio”.
“La meritocracia es de que tienes talento y le echas ganas, pero acá no. Ya lo entendí y no quiero estar frustrada, no quiero estar llorando por algo que no puedo controlar porque he hecho todo lo que está en mis manos. He coqueteado con las Artes Marciales Mixtas desde hace 6 años. Estuvo Combate Américas que me iba a debutar, no se pudo porque me fui a una defensa de mi título”, recordó.
Enríquez actualmente está en Guadalajara, donde entrena con Lobo Gym y comparte con Alexa Grasso. Si tiene claro un objetivo, ese es ser la primera campeona mexicana en ambos deportes.
“Soy la primera campeona mexicana en hacer la transición de boxeo campeona a las artes marciales. Ahora imagínate ser la primera boxeadora campeona del mundo siendo campeona de artes marciales también, es un sueño”, dijo y habló de la que será su rival Valentine Hayley.
“La veo bien, la veo fuerte, la veo confiada, ya sabe lo que pasa adentro de la jaula. Tiene 5 peleas, ha hecho sus amateurs también, tiene la experiencia, me he dado cuenta que le gusta tirar golpes, es cinturón café de jiu-jitsu, creo que está pelea va a ser muy buena porque a ella le gusta golpear, yo tengo buenas manos y vamos a ver qué pasa en el piso”.
¿Cómo fueron los orígenes de Kenia Enríquez?
«Mi carrera en el boxeo ha sido muy larga, en total ya son 17 años. Mi papá llegó a pelear profesional, pero no trascendió porque empezó a formar una familia, entonces se acordó cómo canalizar esa energía y pues me llevó al gimnasio. Como a los 10 días de estar entrenando me subí a pelear amateur sin tener tanto conocimiento, pero ya tenía las bases porque me enseñaba el 1-2 o los sábados era estar junto a él viendo las peleas de box”.
“No me fue muy bien al primer round, me bajo llorando a los brazos de mi papá y le pregunté qué tengo que hacer para ganar. No me gustó la sensación (de perder), de ahí en adelante mi papá se lo tomó muy en serio”.
¿Qué opinas de estar abriendo brecha para las mujeres en las MMA en México?
“Ahorita que viene la conmemoración del 8 de marzo, el mes de la mujer, yo creo que el punto es ser una referente y abrir las puertas de manera correcta, con trabajo, con disciplina y el hecho de que esté transicionando y siendo pionera en otra arte marcial eso suma al deporte y aquí está el claro ejemplo de que todo es posible”
“En México ya están surgiendo esas figuras, después de Alexa Grasso vemos a Elí Rodríguez, a Paulina Vargas, vemos a Azul Lara que viene de Colombia. Vemos a muchas figuras y yo vengo a sumar al proyecto de las mujeres en las artes marciales como Holly Holm que llegó a la UFC; ¿por qué no ser la Holly Holm mexicana? yo vengo a sumar”.