Redacción
Steve McMichael no pudo asistir a la ceremonia del Salón de la Fama de la NFL, entonces la ceremonia fue hacia él.
Batallando con esclerosis lateral amiotrófica en etapa avanza, el exdefensive tackle All-Pro de 66 años fue el segundo jugador inducido al Salón de la Fama el sábado de entre los siete integrantes de la Clase 2024.
Rodeado de varios de sus excompañeros de los Bears de Chicago y su esposa Misty en su casa en Homer Glen, Illinois, McMichael portó el saco dorado y su busto de bronce fue revelado en vivo en un emotivo tributo.
“Estás en un equipo del que no pueden quitar y del que nunca te van a cortar. Cuando mueras siempre estarás en este equipo. Bienvenido a casa Steve. Estarás en el cielo del fútbol por siempre”, dijo el integrante del Hall of Fame Richard Dent al darle una palmada en la cabeza a McMichael.
Misty McMichael se limpió las lágrimas antes de ayudar a su esposo a voltear la cabeza hacia el busto.
“Este eres tu, amor, por siempre”, dijo.
Jim McMahon, quarterback del equipo campeón del Super Bowl de los Bears de 1985, observó la escena en video en persona desde el estadio Tom Benson en Canton, Ohio. Varios seguidores del equipo derramaron lágrimas al observar a McMichael.
Con el sobrenombre de “Mongo” y conocido por su exuberante personalidad, McMichael fue un temido jugador y uno de los mejores defensivos de la historia. Se convirtió en el cuarto jugador defensivo del equipo 1985 que ingresa al Salón junto a Dent, Mike Singletary y Dan Hampton.
La hermana de McMichael, Kathy, leyó un mensaje que comenzó a trabajar con su hermano antes de que perdiera la habilidad para hablar.
“Quiero agradecerle a los Bears y los aficionados, la mejor ciudad para jugar fútbol”, indicó. “Jugué 15 años en la NFL y amé cada minuto. Jugué con los mejores jugadores y la mejor defensa hasta ahora».
McMichael disputó un récord de franquicia de 191 duelos seguidos entre 1981 y 1993 y es segundo, detrás de Dent, en capturas en la historia de los Bears con 92 1/2. Disputó su última temporada con Green Bay en 1994.
La ceremonia en Ohio se retrasó casi dos horas debido a la tormenta. Fue un clima similar al que obligó a suspender el juego de pretemporada del jueves entre los Bears de Chicago y los Texans de Houston.
Dwight Freeney, Randy Gradishar, Devin Hester, Andre Johnson, Julius Peppers y Patrick Willis también fueron inducidos y con lo que los miembros del Salón de la Fama llegaron a 378.
Freeney jugó 11 temporadas en Indianápolis y 16 en total, registrando 125 1/2 capturas, forzando 47 balones sueltos, llegó a siete Pro Bowls y ganó un anillo de Super Bowl.
Hester se convirtió en el primer jugador incluido principalmente como especialista en devoluciones. Devolvió 14 patadas de despeje para touchdown, un récord de la liga, y corrió cinco patadas de salida más para anotaciones durante una carrera de 11 años que pasó principalmente con los Bears.
Willis jugó solo ocho temporadas en la NFL, pero tuvo un gran impacto con los San Francisco 49ers. Fue el Novato Defensivo del Año de la AP en 2007, fue seleccionado cinco veces All-Pro y llegó a siete Pro Bowls.
Peppers fue un ala defensiva tres veces All-Pro y llegó a nueve Pro Bowls en 17 temporadas. Tuvo 159 1/2 capturas, la cuarta mayor cantidad en la historia de la NFL, junto con 52 forzadas y 11 intercepciones.
Johnson fue dos veces receptor abierto All-Pro, llegó a siete Pro Bowls y terminó con 1,062 recepciones para 14,185 yardas y 70 touchdowns.
Gradishar, de 72 años, tuvo la espera más larga de la nueva clase, convirtiéndose en el primer miembro de la famosa defensiva “Orange Crush” de los Denver Broncos en unirse al Salón de la Fama de la NFL, 41 años después de la última vez que jugó en la NFL. El apoyador siete veces seleccionado al Pro Bowl fue el Jugador Defensivo del Año de la AP en 1978.