AFP – El delantero belga Romelu Lukaku vive su tercer etapa como jugador del Chelsea, y aunque se han desembolsado importantes cantidades de dinero por él, no ha podido convertirse en el referente que los Blues esperan.
Andar en clubes grandes no es un camino para cualquiera. El ser delantero del Chelsea tiene un peso que, hasta el momento, Lukaku no ha podido cargar. Durante la semifinal de la FA Cup contra el Crystal Palace se quedó relegado en la banca, y aunque ganaron la fase, aquel que pintaba para ser su “jugador estrella” cada vez está más perdido.
El ariete de 28 años volvió a Stamford Bridge después de un aplastante paso en la Serie A con el Inter de Milán: anotó 64 goles en 95 partidos. Ese rendimiento provocó que la dirigencia de la escuadra londinense “invirtiera” en él otros 115 millones de euros en agosto de 2021. Su primer pase al equipo seis veces campeones de Inglaterra representó un gasto de entre 15 y 20 millones de libras esterlinas, esto cuando apenas tenía 18 años de edad.
El gasto total que Chelsea ha hecho por él rondaría los 135 millones de euros. Tomando en consideración sus cifras actuales, cada gol le habría costado al club un aproximado de 11.2 millones de euros. Con esa cantidad podrían haberse hecho de los servicios del atacante nigeriano del Watford, Emmanuel Dennis, quien ha logrado 10 dianas en la presente Premier League y que tiene un valor de mercado de 8 millones de euros.
Mucho se espera del jugador que se convierte en el movimiento más costoso en la historia del Chelsea, ni siquiera los 80 millones que se pagaron por Kai Havertz se sienten tan despilfarrados. Durante su estancia con The Blues Lions, Romelu apenas acumula 12 anotaciones en 53 partidos, una cifra poco equiparable a lo que hizo en el Inter, Everton o Anderlecht, equipos en los que sí demostró ser ese 9 que cualquier equipo sueña tener en su plantilla.
Lukaku sí sabe ser un buen delantero… pero no vestido de Blue
El que no destaque con el Chelsea no se debe a una falta de capacidades. En múltiples ocasiones ha dado muestras de cómo ser un Killer por excelencia; más bien parece una pelea interna que no ha podido ver fin. Durante sus 13 años de carrera ha vestido la camiseta de 6 equipos distintos, y justamente con los Blues tiene su peor registro goleador.
Desde su debut en 2009 hasta su traspaso a Chelsea en 2011, en el Anderlecht de Bélgica sumó 41 dianas en 48 partidos. Tras pasar desapercibido en su primer campaña en Inglaterra tuvo que buscar suerte en el West Bromwich Albion, conjunto en el que destacó a su medida (24 tantos producidos, 17 goles y 7 asistencias).
Tras su buena actuación en la liga inglesa volvería de su préstamo con el West Brom y trataría de consolidarse como lo que era en aquel momento: una de las perlas de toda Europa. Volvió a pasar desapercibido y fue cedido al Everton, equipo con el que, hasta ahora, tiene sus mejores estadísticas. A pesar de que su préstamo finalizó, los Toffies se hicieron de su carta a cambio de 35.5 millones de euros (tercero más caro de la franquicia). De 2013 a 2017 acumuló 166 compromisos en los que marcó en 87 ocasiones y asistió en otras 29.
Su destacable trayectoria en Everton le hicieron merecer una oportunidad en otro de los grandes clubes ingleses: Manchester United. En 2017 se incorporó a los Red Devils y aunque no rindió como se esperaba, dejó una mejor huella que la que lleva con el conjunto dirigido por Tomas Tuchel: 42 goles y 13 asistencias en 96 encuentros sumó vestido de diablo.
El paso que tuvo con el Inter de Milán podría considerarse el pico más alto que tuvo en su carrera; salió del United en busca de consolidarse como uno de los mejores del mundo y lo logró en la Serie A, en donde ayudó sustancialmente a romper la hegemonía de la Juventus. En 2021 se proclamó campeón y uno de los delanteros más confiables de todo el balompié.
Aunque el regreso a Chelsea pintaba como “soñado” para todos los involucrados, con el paso del tiempo la ilusión terminó por desaparecer. Apenas en diciembre de 2021, el delantero belga dio una entrevista en la que soltó declaraciones que anunciaban lo que se veía en la cancha: no estaba bien vestido de Blue y su mente se mantenía lejos de Inglaterra.
«Antes que nada, quiero pedirle perdón a los hinchas. La manera como me fui debió ser distinta. Tenía que hablar primero con ustedes, porque lo que han hecho por mí, por mi familia, por mi madre, por mi hijo, son cosas que se quedarán de por vida. En el fondo de mi corazón espero regresar al Inter y no hacerlo al final de mi carrera, sino a un nivel todavía bueno, para apuntar a ganar más».
Asimismo, omitió el gran plantel con el que cuenta para poder brillar y se aferró a un “viejo amigo»:
«Extraño a Lautaro Martínez, podría morir en el campo por él desde el primer día que lo conocí. ¿Si podría venir a Chelsea para jugar conmigo? No… Lautaro, podés quedarte en Milán, yo volveré allí». aseguró para Sky Sports.
Aunque después salió a pedir disculpas, la relación entre él y Chelsea se fragmentó; y los goles, que son lo único que podría volver a unir al jugador y al equipo, siguen sin aparecer.