
Redacción
LeBron James ha experimentado numerosos altibajos en la NBA. El alero de Los Angeles Lakers, de 40 años, ha ganado varios premios y ha conseguido cuatro campeonatos de la NBA, pero ha sabido quedarse corto en el gran escenario.
Recientemente, James se sentó con Steve Nash en el podcast Mind the Game y habló de la presión que soportó durante su primera temporada con los Miami Heat, en concreto de su fracaso en las Finales de la NBA de 2011 contra los Dallas Mavericks.
«En mi primer año con los Heat, tenía tantas ganas de ganar que también tenía miedo de defraudar a tanta gente», dijo James.
«Las horas que dedicaba a mi oficio y el compromiso con él ni siquiera se me pasaban por la cabeza, y debería haber sido así. Era más como: si salgo y cometo un error, les defraudaré. En lugar de decir: si te equivocas, que así sea».
Como agente libre en 2010, James decidió abandonar los Cleveland Cavaliers y fichar por los Heat en un movimiento muy escudriñado.
La confianza de James durante su inolvidable discurso sobre futuros campeonatos junto a Chris Bosh y Dwayne Wade sugería que estaba listo para rodar en South Beach.
Sin embargo, en su fuero interno, el público es ahora consciente de que el 21 veces All-Star temía que el Año 1 con los Heat no saliera según lo planeado.
Miami llegó a las Finales de la NBA tras derrotar a los Philadelphia 76ers, Boston Celtics y Chicago Bulls para comenzar la postemporada.
Desafortunadamente, James y los Heat fueron superados por los Mavericks en la serie de Playoffs más crítica de la temporada, lo que resultó en un aplastante segundo puesto en 2011.
James estuvo lejos de ser dominante contra la escuadra de la Conferencia Oeste liderada por Dirk Nowitzki, promediando 17,8 puntos, 7,2 rebotes y 6,8 asistencias por partido en seis contiendas, lanzando un 47,8% en tiros de campo y un 32,1% desde la profundidad.
Posteriormente, sí, pasó a ganar dos títulos con Miami durante las tres campañas siguientes antes de ganar uno con los Cavaliers en 2016 y otro con los Lakers en 2020.
Aun así, James no ha olvidado su decepcionante temporada 2010-11 en su segunda casa en la NBA.