
Redacción
Además de las sospechas por presuntas irregularidades en el manejo del Fideicomiso del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), la gestión de Ana Gabriela Guevara en el Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ha estado marcada por el desprecio a los deportistas.
La ex velocista y medallista ha retirado becas y apoyos, se ha negado a entregar fondos de apoyo, ha impedido el uso de instalaciones deportivas para entrenamientos, e incluso le propuso a deportistas acuáticas que vendieran Tupperware, calzones o perfumes para financiar su participación en competencias.
En medio de esta actitud, la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Fiscalía General de la República (FGR) investigan, desde 2019, indicios de irregularidades en el manejo de 205 millones de pesos del Fodepar.
Por parte del organismo autónomo, las investigaciones están a cargo de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Fiscales y Financieros, que reúne elementos para integrar, por lo menos, dos carpetas de investigación.
Mientras tanto, a partir de auditorías forenses por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se aportan los elementos para cuatro expedientes que se iniciaron en 2019, por parte de la SFP.
Además de los nuevos elementos que se están aportando, a partir de la revisión a la Cuenta Pública de la Conade, correspondientes a los años 2020, 2021 y 2022.
Entre otros puntos, se investiga el presunto desvío de 200 millones de pesos, erogados en eventos y pagos a entrenadores que no están registrados por la Conade; y otro monto por 70 millones de pesos, que fue asignado al pago de 500 entrenadores, quienes tampoco estaban registradas en ninguna base y no se presentaron comprobantes de los cobros.
Y mientras los presuntos malos manejos del presupuesto ocurrían en la Conade, en 2023, Guevara negó el apoyo a la selección de atletas de deportes acuáticos, entre ellos el equipo de natación artística, que participaron en la Copa del Mundo de Egipto.
A ellas, la medallista olímpica, les recomendó vender trastes de plástico, ropa interior y perfumes, pero las deportistas consiguieron apoyos privados y regresaron con medallas de primeros lugares.