
Julio César Coria, quien fue custodio de Diego Maradona y había sido detenido por presuntamente dar un falso testimonio en el juicio contra siete profesionales de la salud vinculados a la muerte del astro del fútbol, quedó en libertad este lunes, aunque seguirá bajo investigación.
Coria, quien trabajó junto a Maradona desde 2015 hasta su fallecimiento el 25 de noviembre de 2020, fue arrestado la semana pasada mientras declaraba como testigo. La fiscalía identificó inconsistencias en su versión sobre los momentos finales del exfutbolista, lo que llevó a su detención inmediata.
Sin embargo, el juez Esteban Rossignoli decidió concederle la libertad al no contar con antecedentes penales, permitiéndole continuar el proceso judicial sin estar bajo arresto.
Su testimonio es clave en el juicio, ya que fue uno de los primeros en intentar reanimar a Maradona el día de su fallecimiento mediante maniobras de respiración boca a boca. Además, estuvo presente durante la cuestionada internación domiciliaria del ídolo en una residencia ubicada en las afueras de Buenos Aires, tras ser sometido a una cirugía para extraer un hematoma en la cabeza.
La fiscalía sostiene que la muerte de Maradona, causada por un paro cardiorrespiratorio a los 60 años, pudo haberse evitado si los profesionales de la salud implicados hubieran brindado la atención médica adecuada.
Durante su declaración, Coria afirmó haber visto a la enfermera Gisela Madrid y a la psiquiatra Agustina Cosachov, ambas imputadas en el caso, realizando maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). También aseguró que Cosachov intentó reanimarlo por un tiempo. No obstante, el fiscal Patricio Ferrari detectó contradicciones en su relato, ya que en declaraciones previas nunca mencionó la intervención de la psiquiatra en los intentos de reanimación.
Otro punto clave fue su negativa a haber mantenido contacto telefónico con el neurocirujano Leopoldo Luque, también acusado en el caso. Sin embargo, la investigación reveló que Coria tuvo múltiples conversaciones con Luque en junio de 2020 y en los días previos a la muerte de Maradona.
El fiscal Ferrari presentó ante el tribunal evidencia de varios intercambios de mensajes entre Coria y Luque, destacando la aparente relación cercana entre ambos, lo que contradecía el testimonio del custodio. Ante esto, solicitó su detención por falso testimonio, aunque finalmente se le concedió la libertad.
El juicio busca determinar la responsabilidad de siete profesionales de la salud en la muerte de Maradona bajo la figura de homicidio simple con dolo eventual, que implica que los acusados eran conscientes del posible desenlace fatal pero no tomaron las medidas necesarias para evitarlo.
Entre los procesados están el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, los médicos Nancy Forlini y Pedro Di Spagna, así como Mariano Perroni, encargado del servicio de enfermería, y el enfermero Ricardo Almirón.
Por su parte, la enfermera Gisela Madrid será juzgada por separado en un juicio por jurado en una fecha posterior.