Xolos de Tijuana consiguió una clasificación memorable al derrotar 3-1 a FC Juárez en una noche marcada por la lluvia, la tensión y el talento de Gilberto Mora, quien volvió a demostrar por qué es una de las grandes promesas del futbol mexicano. Con calma y personalidad, el joven atacante tomó el balón para cobrar un penalti decisivo y lo convirtió con un toque al estilo Panenka, un gesto que hizo sonreír y aplaudir desde la banca al técnico Sebastián Abreu.
Ese tanto, que colocó el marcador 2-1, no solo encendió al Estadio Caliente, sino que aseguró el lugar de Tijuana en la Liguilla, donde se medirán a Tigres. Para Bravos, en cambio, significó quedar obligados a buscar un último boleto ante Pachuca.
El duelo comenzó con ambos equipos intentando generar peligro desde el arranque, aunque la lluvia y los errores en la definición impidieron que las primeras oportunidades terminaran en gol. Fue Juárez quien logró abrir el marcador al minuto 12, cuando Óscar Estupiñán conectó un cabezazo potente que silenció por un momento al público fronterizo.
Xolos tardó algunos minutos en reaccionar, pero conforme avanzó el primer tiempo tomó control del juego y encontró asociaciones más claras. Esa insistencia rindió frutos al 31’, cuando Mourad El Ghezouani empujó el balón para igualar el encuentro.
Para la segunda mitad, Tijuana salió decidido a completar la remontada. Gilberto Mora, con apenas 59 minutos en el reloj, firmó el tanto que le dio la vuelta al marcador y, de paso, se convirtió en el futbolista más joven en anotar en una Liguilla del futbol mexicano.
Con Juárez diezmado y jugando con un hombre menos, el cierre del partido fue completamente rojinegro. En tiempo agregado, Ezequiel Bullaude ingresó al campo y prácticamente en su primer contacto con el balón sentenció el 3-1 definitivo (90’+1), sellando una noche redonda para los dirigidos por Abreu.
