Redacción
El ex campeón del mundo en peso welter, Víctor Ortiz mostró que detrás del atleta hay un hombre que ha enfrentado grandes desafíos, tanto dentro como fuera del ring. Ortiz iba a enfrentar a Floyd Mayweather en la Ciudad de México, la pelea que nunca se concretó.
Víctor recordó lo que sucedió: «Habíamos firmado contratos los dos, Floyd y yo… pero en cuanto me miraron llegar, se estremecieron. No, hombre, me hicieron irme de la arena para arriba».
Esta situación reflejó, según Ortiz, el temor del equipo contrario, quienes aparentemente, no quisieron correr el riesgo de enfrentarse a él, pues «el miedo fue real de aquel lado».
«Pero no pasó nada y al último llegué yo para atrás a Los Ángeles y me querían demandar, ¿qué tanto y esto y esto otro? ¿Por qué? ¿Yo qué hice? De repente, pues, obvio, uno tiene que trabajar por sus niños. Yo tengo tres, así que echándole ganas y me ofrecieron, pues mira, se arreglan las cosas si peleas bajo la cartelera de, ¿cómo? Como la coestelar”.
Más allá del deporte, Víctor Ortiz ha enfrentado momentos personales que lo han llevado a una profunda reflexión. Uno de los momentos más impactantes fue en diciembre de 2020, cuando asegura haber tenido una experiencia espiritual transformadora.
«Se me apareció Jesucristo, mi padre, del cielo… Y hablé con él. Palabras muy fuertes. Y me enseñó mucho. Me abrió los ojos mi padre. Y no los he cerrado», compartió.
Esta experiencia cambió su vida, brindándole una nueva perspectiva y una paz interna que antes no había encontrado.
Aspecto crucial en la vida de Ortiz ha sido su papel como padre. En un momento, perdió la custodia de sus hijos, lo que lo sumió en una profunda tristeza.
«Me habían quitado mis niños por un año y medio. No se habían mirado. Llorando todos los días por ellos, rezando por ellos de rodillas», recordó con dolor. Logró recuperar a sus hijos, algo que describe como una bendición.
«Ahora tengo mis niños, gracias a Dios… Martes, jueves, cada otro fin de semana. Y mi chiquitín que apenas nació, todos los días».
Ortiz también habló sobre su esfuerzo por alejarse de los vicios y las malas influencias que alguna vez afectaron su vida.
«Tuve que alejarme de vicios, de cosas y de mujeres especialmente. Andamos muy bien, gracias a Dios», afirmó, reflejando un compromiso renovado con su bienestar y su carrera profesional.
A pesar de todos los desafíos, Ortiz sigue mirando hacia adelante, listo para enfrentar lo que venga.
Con dos peleas en su agenda inmediata, una en México y otra en Kansas, demuestra que su espíritu de lucha sigue intacto. «Vamos a estar listos fisicalmente, mentalmente. Vámonos, de una vez», dijo con determinación.
Víctor Ortiz ha vivido una vida de extremos, con triunfos y caídas que lo han hecho más fuerte. Hoy, con su fe como guía y su familia al lado, se prepara para escribir el próximo capítulo de su historia, tanto dentro como fuera del ring.
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