Redacción
Uruguay es el único país de Latinoamérica donde la Navidad no figura como celebración religiosa oficial.
La decisión se tomó en 1919, cuando el Estado reemplazó esa festividad por el Día de la Familia, dentro de un proceso de secularización que también modificó otras fechas vinculadas al cristianismo, como Reyes y Semana Santa.
La medida responde a la fuerte tradición laica del país y a la separación formal entre Iglesia y Estado promovida desde principios del siglo XX.
Ese rasgo singular convierte a Uruguay en una excepción dentro del mapa regional y despierta curiosidad sobre qué ocurre cada 24 de diciembre.
