Un batazo oportuno de George Springer en la séptima entrada cambió el destino de los Azulejos de Toronto, que derrotaron 4-3 a los Marineros de Seattle y aseguraron su primera aparición en la Serie Mundial desde 1993. El cuadrangular de tres carreras del jardinero marcó un momento histórico, pues nunca antes un equipo había remontado un juego decisivo con un jonrón en la séptima entrada o más tarde estando en desventaja por más de una carrera.
El héroe de la noche apareció luego de que Addison Barger negociara una base por bolas e Isiah Kiner-Falefa conectara un sencillo. Con ambos en base y un toque de sacrificio de Andrés Giménez que los avanzó, Springer castigó al relevista venezolano Eduard Bazardo con un batazo de 381 pies por el jardín izquierdo, desatando la euforia de los más de 44 mil aficionados en el Rogers Centre.
Toronto, que tuvo un sólido récord de 54-27 como local en la temporada regular, volverá a representar a la Liga Americana en el Clásico de Otoño, donde enfrentará a los Dodgers de Los Ángeles, campeones defensores, a partir del viernes.
Los Marineros, por su parte, se quedaron nuevamente a las puertas de la gloria. Julio Rodríguez y Cal Raleigh habían dado esperanza al conjunto de Seattle con jonrones solitarios, pero no lograron mantener la ventaja. Con esta derrota, Seattle sigue siendo el único equipo de las Grandes Ligas que nunca ha llegado a una Serie Mundial.
Desde el bullpen, Kevin Gausman se quedó con la victoria al lanzar una entrada sin permitir anotaciones, pese a otorgar tres bases por bolas. Chris Bassitt trabajó una octava entrada impecable y Jeff Hoffman consiguió su segundo salvamento de la postemporada.
El batazo de Springer no solo aseguró el pase de los Azulejos, sino que también reavivó el sueño de toda una generación de fanáticos en Canadá, que vuelve a celebrar el regreso de su equipo a la gran cita del béisbol.
