
El ciclista belga Tim Merlier (Soudal Quick-Step) se llevó la victoria en una emocionante tercera etapa del Tour de Francia. La jornada, marcada por caídas que obligaron al abandono del maillot verde Jasper Philipsen, se decidió en un sprint agónico en Dunkerque que requirió de la tecnología.
Ana Maria Ospina, desde la ruta del Tour de France
En un final de infarto en las abarrotadas calles de Dunkerque, el ciclismo ofreció una de sus imágenes más espectaculares. La victoria de la tercera etapa tuvo que decidirse por foto-finish, validando el triunfo del belga Tim Merlier por apenas la punta de su rueda sobre el italiano Jonathan Milan.
«Fue muy difícil estar en posición», confesó Merlier tras la carrera. «Fue difícil vencerlo, pero estoy feliz», añadió el campeón de Europa mientras sostenía el tradicional león de peluche, regalo para el ganador de la jornada.
Aunque la tercera etapa transcurrió en gran parte como una procesión tranquila desde la ciudads de Valenciennes, con menos viento y velocidad de lo esperado, no estuvo exenta de drama. Varias caídas perturbaron la calma del pelotón, siendo la más significativa la de Jasper Philipsen. El portador del maillot verde se fue al suelo empujado por otro corredor, cuando trataban de conseguir puntos en un sprint intermedio, sufriendo un golpe en el hombro izquierdo que lo obligó a abandonar la carrera.
El ciclismo latinoamericano también contuvo el aliento cuando, a falta de 37 kilómetros para la meta, el colombiano Einer Rubio se cayó tras un enredo con otro corredor. Afortunadamente, no pasó a mayores y el «escarabajo» pudo reintegrarse al pelotón para ayudar a su líder del Movistar Team, Enric Mas.