Toronto, Canadá.– Shohei Ohtani no es ajeno al ruido en la postemporada, pero la recepción que tuvo en Toronto durante la Serie Mundial alcanzó un nuevo nivel.
La superestrella de los Dodgers fue recibida con una lluvia de abucheos y silbidos cada vez que se acercaba al plato en el Rogers Centre. Los aficionados de los Blue Jays, aún dolidos por el fallido intento de su equipo por firmarlo como agente libre hace dos años, lo convirtieron en su blanco favorito.
Lo que comenzó como simples burlas se transformó en un fenómeno: cánticos incesantes, personales, y un recordatorio del rechazo que, según muchos, marcó la historia reciente del club canadiense.
Durante los Juegos 1 y 2 se escuchó un coro unánime: “¡No te necesitamos!”. El primer cántico retumbó en la novena entrada del Juego 1, cuando Ohtani se paró en el plato con dos outs; y volvió a repetirse en su primer turno al bate del segundo juego.
“Fue un cántico realmente genial”, dijo Ohtani, sonriendo, a través de su intérprete, Will Ireton. “Y mi esposa lo apreció mucho”.
Su esposa, Mamiko Tanaka, exjugadora profesional de baloncesto en Japón, estuvo presente en el estadio y mantuvo un perfil discreto, como ha sido habitual durante la histórica segunda temporada de su marido en Los Ángeles.
Lejos de afectarlo, la hostilidad pareció motivarlo. Ohtani conectó un jonrón en el primer juego y anotó una carrera en el segundo, impulsando la remontada de los Dodgers para empatar la serie.
Cuando la Serie Mundial regresó a Los Ángeles, la energía cambió: de los abucheos a la expectación. Tras una actuación récord en el Juego 3, Ohtani subió al montículo en el cuarto encuentro, decidido a darle el control de la serie a su equipo.
Toronto, sin embargo, cambió de estrategia. En lugar de darle la base por bolas como la noche anterior, Shane Bieber lo enfrentó con todo. Llevó la cuenta a tres bolas y dos strikes antes de ceder una base por lanzamiento desviado.
Ohtani respondió con serenidad: ponchó a Vladimir Guerrero Jr. con tres lanzamientos y dominó las dos primeras entradas. Pero el poder canadiense despertó en la tercera: un jonrón de dos carreras de Guerrero dio ventaja a los Blue Jays, que terminaron ganando 6-2 para empatar la serie.
