
Desde que Javier Aguirre asumió su tercera etapa al frente de la Selección Mexicana, su objetivo ha sido claro: recuperar el deseo de los jugadores por representar al país. Ocho meses después, el «Vasco» ha notado avances en este aspecto.
Aguirre ha sido firme en cuanto a la disciplina que exige, pero va más allá al enfatizar que los jugadores deben ser profesionales tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. «Cómo lo han tomado, me vale madre», dijo entre risas. «El que pone condiciones o escalas para ver a un compañero, eso no. En mis tres etapas fui claro: la puerta está abierta. No es una obligación venir, debe ser un orgullo, sin importar si eres el goleador histórico, no me importa», agregó con contundencia.
El técnico ve un cambio de actitud positivo en los jugadores mexicanos. Señala que aquellos convocados deben acudir con orgullo y disposición. Los futbolistas que lleguen con excusas o por compromiso no tendrán cabida en su equipo. Según Aguirre, ha observado que la actitud de los jugadores ha mejorado, ya no piden cosas especiales como visitar a su familia o llegar tarde. «Hablas con ellos y entienden. La gente de fuera, los medios, es mi trabajo, el de Rafa, hacerles ver que los medios están para sumar», expresó.
En cuanto a la relación con los jugadores y su rol dentro del equipo, Aguirre destacó la figura de Rafael Márquez, quien junto a él, sigue guiando al Tricolor rumbo al Mundial 2026. «Rafa y yo hemos estado en muchos lugares, y nos ven con respeto. Hemos sacrificado mucho, no sé si somos ejemplos, pero nuestra voz es para que nos sigan y nos respeten. No queremos maltrato para los jugadores, con escalas largas o vuelos incómodos. La Selección Mexicana ha mejorado mucho», concluyó Aguirre.