
Para muchos jugadores, las consolas de su infancia se convirtieron en un recuerdo lejano, entregadas o vendidas para dar paso a nuevas generaciones de videojuegos. Pero hay quienes, con suerte o descuido, logran conservar aquellos tesoros del pasado. Ese fue el caso de una mujer que, mientras preparaba una mudanza, se topó con su olvidada colección de Game Boy… y decidió hacer algo increíble con ella.
La historia fue compartida en Reddit por el usuario Olympiangod, quien relató cómo su esposa, en medio del caos típico de empacar cajas, mencionó que había encontrado su vieja colección de juegos y consolas. Lo que siguió fue una sorpresa tan entrañable como inesperada: ella decidió regalársela por completo a él, su esposo.
“Mi esposa y yo nos mudábamos, y casualmente me dijo que encontró su colección de Game Boy de la infancia. Me dejó sin palabras. ¡Incluso me dijo que podía quedármela si quería! Creo que voy a tener que casarme con ella otra vez”, escribió Olympiangod.
Las imágenes compartidas mostraban un verdadero botín retro: un Game Boy clásico con manual, un Game Boy Micro, más de una docena de juegos para la consola original y otros tantos títulos para el Game Boy Advance, todo en excelente estado. Incluso había una bolsa para guardarlos. La comunidad de Reddit no tardó en reaccionar con entusiasmo y ternura. “Te sacaste la lotería con la colección… y con tu esposa”, comentó un usuario.
No obstante, algunos usuarios notaron algo curioso. Varios cartuchos, especialmente los de Pokémon para GBA, parecen ser imitaciones, una sospecha basada en detalles visibles en las etiquetas. Pero lejos de empañar el momento, el descubrimiento fue tomado con humor y comprensión. “Aunque sean falsos, sigue siendo un regalo increíble. ¡Qué nostalgia!”, dijeron varios internautas.
Esta historia demuestra que los videojuegos no sólo son entretenimiento: también son cápsulas del tiempo, puentes a los recuerdos y, en este caso, una hermosa muestra de cariño. Porque a veces, lo más valioso no está en lo que se regala, sino en la intención de compartir un pedazo de uno mismo.