Redacción
El Real Madrid experimentó contratiempos en su llegada a Leipzig para disputar la ida de los octavos de final de la Champions League.
Debido a una huelga en el aeropuerto local, el club blanco tuvo que ajustar su plan de viaje para evitar problemas que pudieran afectar su preparación para el partido. En lugar de volar directamente a Leipzig, el avión del Real Madrid aterrizó en Érfurt el lunes a las 11:38 horas.
Desde allí, el equipo de Ancelotti tuvo que emprender un trayecto en autobús de más de 160 kilómetros, que estuvo cerca de acabar en tragedia.
Según informó el diario alemán Bild, en la autopista A4 entre Eichelborn y Nohra, un Toyota blanco colisionó con el autobús del equipo madridista.
El conductor del automóvil no vio al autobús mientras cambiaba de carril y resultó dañado el retrovisor exterior del Toyota Avensis, estimándose los daños en aproximadamente 3.000 euros. Afortunadamente, no hubo heridos en el accidente y ambos vehículos continuaron su camino tras una breve parada.
Desde dentro del autobús del Real Madrid, los jugadores y el cuerpo técnico no se percataron de la colisión y pudieron proseguir su viaje sin problemas.
Según informó el club blanco a MARCA, un aficionado grababa desde su coche al autobús y perdió el control del volante, saliendo desviado. Sin embargo, los ocupantes del autobús no notaron el incidente, que fue visto por personas que viajaban en autocares detrás del vehículo.
Finalmente, alrededor de las 14:40 horas, el Real Madrid llegó al hotel del equipo, el Steigenberger, ubicado en el centro de Leipzig. Se observaban claros arañazos en el lado del conductor del autobús, a la altura del doble eje, como resultado del impacto con el coche del aficionado.