
Lo que comenzó como un sueño compartido por más de cinco mil entusiastas del rol japonés terminó por desvanecerse en un mensaje seco y definitivo: «Con profunda tristeza anunciamos el cierre de Studio Camelia». Así, el ambicioso RPG por turnos Alzara: Radiant Echoes, que prometía revivir la esencia clásica del género con una estética moderna y narrativa profunda, ha sido puesto en pausa indefinida, dejando tras de sí una comunidad desilusionada y sin reembolso.
El proyecto, impulsado en Kickstarter por el estudio francés Studio Camelia, alcanzó en 2023 una recaudación de aproximadamente 340 mil dólares gracias al respaldo de 5,089 patrocinadores. Su propuesta había capturado la atención de jugadores en busca de una experiencia como las de antaño, con combate táctico, un mundo vibrante y personajes entrañables. No obstante, el entusiasmo terminó chocando contra la dura realidad de los límites financieros y estructurales de un estudio independiente.
En una actualización publicada el 21 de junio de 2025 en la página del proyecto, el equipo confirmó que el estudio fue liquidado legalmente el 28 de abril, y que actualmente se enfrentan a procesos legales vinculados con su disolución. En la misma publicación, se aclaró que no habrá reembolsos, debido a las políticas de Kickstarter y a la falta de fondos. “Lo lamentamos sinceramente”, señalaron.
A pesar del compromiso demostrado por el equipo de desarrollo —que participó en eventos de la industria y buscó alianzas estratégicas—, la falta de inversiones adicionales impidió que el juego pasara de la fase de prototipo. La demo pública se convirtió en el punto más alto de avance del proyecto, algo que ha causado indignación en parte de los patrocinadores. “Solo querían una demo para atraer grandes estudios. Nos mintieron”, se lee entre los cientos de comentarios.
Otros, en cambio, expresaron su tristeza sin rencor. “Me pone muy triste escuchar esto. Espero que el juego de alguna manera encuentre un hogar para que pueda terminarse”, escribió un usuario que representa el sentir de quienes aún guardan una chispa de esperanza.
Este caso no es aislado. La historia de Alzara se suma a una lista creciente de proyectos de videojuegos financiados por crowdfunding que, pese al éxito inicial, no logran materializarse. La falta de una planificación sólida, los sobrecostos no anticipados y la ausencia de respaldo empresarial suelen ser determinantes en el destino de estos juegos.
Y si bien los proyectos independientes son más vulnerables, incluso las grandes franquicias no están exentas. El reciente caso de Marathon, el esperado regreso de Bungie al universo de los FPS, demuestra que el fracaso o la decepción pueden alcanzarlo todo. En su intento por modernizar la saga con un enfoque centrado en el modelo de juego como servicio, la recepción del público fue mayoritariamente negativa. El proyecto fue acusado de plagio artístico y, posteriormente, retrasado indefinidamente, alimentando las dudas sobre su viabilidad real.
Estos casos evidencian un patrón preocupante: la distancia entre las promesas del marketing y la realidad del desarrollo. En un entorno donde los jugadores no sólo compran un producto, sino que lo financian desde su concepción, la falta de resultados concretos implica una traición emocional y económica.
Alzara: Radiant Echoes fue, para muchos, una apuesta con el corazón. Pero también es un recordatorio crudo de que apostar en Kickstarter conlleva riesgos. Y aunque la plataforma aclara que no es una tienda, sino una vía para apoyar ideas nuevas, las decepciones acumuladas empiezan a desgastar la confianza del público en este modelo de financiación.
Por ahora, Alzara queda suspendido en ese limbo donde habitan los juegos que casi fueron. ¿Renacerá bajo otra bandera? ¿Encontrará un salvador? La esperanza, como los ecos radiantes de su título, persiste… pero cada vez más lejana.