Avellaneda, Argentina. — Racing Club vivió una noche histórica al vencer 3-1 a Peñarol en los octavos de final de la Copa Libertadores, resultado que lo catapulta a la siguiente instancia, donde enfrentará a Vélez Sarsfield. Pero más allá del triunfo, todas las miradas se posaron en su entrenador, Gustavo Costas, cuyo carisma y la notoria deformidad en su brazo izquierdo se convirtieron en tema central dentro y fuera de la cancha.
Un técnico de autor
Costas, enérgico desde la línea de cal, celebró con abrazos y gestos eufóricos el pase de su equipo. La cuenta oficial de Racing en X incluso ironizó sobre la forma de su brazo y acompañó las imágenes con la palabra “creer”, una consigna que refleja el aura que el entrenador ha impregnado en La Academia desde su llegada.
La historia detrás de su brazo
El actual DT de Racing, nacido en 1963, arrastra desde los tres años una lesión mal curada en el codo izquierdo. “Me caí y me rompí el codo con un ladrillo. Me lo soldaron mal en el Fiorito, seguro que era uno de Independiente”, relató en tono irónico en una entrevista con El Gráfico.
Su particularidad física incluso lo eximió del servicio militar obligatorio durante la Guerra de Malvinas: “No me puedo poner firme, tampoco colocar bien el arma”, contó alguna vez. Hoy, esa marca es parte inseparable de su identidad pública.
Ídolo eterno de la Academia
Más allá de su brazo, Costas mantiene un idilio inquebrantable con Racing. Como jugador, disputó 337 partidos oficiales, el récord histórico del club. Además, durante la quiebra de la institución en los años 90, aportó activamente para sostener al equipo, gestando un vínculo eterno con la afición.
En su actual etapa como DT, ya conquistó la Copa Sudamericana 2024 y la Recopa 2025, logros que lo consagraron como ídolo contemporáneo.
La reacción en redes
Tras la clasificación ante Peñarol, los memes y mensajes en redes sociales no se hicieron esperar: algunos celebraban la victoria, otros destacaban la pasión de Costas y varios ironizaban sobre la forma de su brazo, siempre en clave de cariño hacia el entrenador.
Cierre
Con Racing en cuartos de final y un técnico convertido en símbolo, La Academia se ilusiona con volver a levantar la Copa Libertadores. Costas, entre la gloria deportiva y su historia personal marcada por la resiliencia, ya es mucho más que un entrenador: es el alma de un Racing que se niega a dejar de creer.
