
Redacción
El primer gran Mundial de Clubes, el nuevo invento de FIFA para este verano, concluye este domingo en New Jersey. La final entre Chelsea y París Saint Germain le pone candado a un campeonato que ha dejado comentarios y lecciones para el futuro tanto buenas, como de aspectos que se tienen que mejorar.
Después de 62 partidos disputados en 12 sedes, el torneo ha superado la prueba, pues han acudido a los encuentros más de 2.4 millones de personas, para un promedio de 39 mil personas por encuentro, siendo el duelo entre el París Saint Germain contra Atlético de Madrid, el que más asistencia registró con un total de 80 mil 619 aficionados que asistieron al Rose Bowl de Pasadena.
En total se han marcado 192 goles, para un promedio de 3.1 anotaciones por encuentro, lo que deja en claro que hubo varios partidos en los que los aficionados que lo siguieron en vivo como de forma gratuita por streaming vivieron momentos de mucho entretenimiento.
En la parte deportiva ha quedado claro que el futbol europeo está por encima del resto de continentes, pues llegaron a la final dos campeones de la UEFA. Asimismo, el futbol argentino, tan inflado en los últimos años por el éxito de su selección, recibió una cachetada al ver a sus dos equipos de mayor tradición irse eliminados en la ronda de grupos.
En lo que compete a la representación mexicana, quedó claro que, si se estructuran proyectos sólidos en lo deportivo y lo económico como el de Rayados de Monterrey, los clubes nacionales se pueden codear con la élite. De aquí en adelante los equipos que participen en la Concachampions deberán darle la máxima seriedad para aspirar a estar en esta competencia que les dejará ganancias deportivas y económicas.
Asimismo, es un hecho que deberá haber filtros para que pueda elevarse la calidad de participantes, que las sedes deberán elegirse con mucho detalle para evitar postergaciones como ocurrió en algunos encuentros y quizá ver qué época del año es la mejor para realizarlo para evitar que haya clubes que lleguen con el cuerpo fundido después de una larga temporada.
Chelsea y París definen al primer club que será gran campeón del mundo, con los franceses como amplios favoritos, pero con los ingleses que buscarán dar la gran sorpresa. La fiesta llega a su fin con un gran cierre.