
Redacción
Con sólo 40 años, Mark Daigneault dirigirá en su primera final de la NBA. Un entrenador precoz que ha llevado a los Thunder a la lucha por el anillo después de 13 temporadas y tras una reestructuración que no ha sido sencilla. Vive su quinta campaña en Oklahoma y hasta la cuarta no tuvo balance positivo, sufriendo un balance de 22-50 en el estreno y un 24-58 en su segundo curso.
Lo suyo, como lo de la franquicia entera, sí ha sido un proceso, construyendo con acertados traspasos y a base de elecciones de draft que el mánager general Sam Presti ha ido acumulando con avaricia. Así tienen los Thunder un brillante presente, pero también opciones de futuro cuando sus referentes tengan que renovar por el máximo y los sueldazos obliguen a desprenderse de alguna pieza.
«Mis jugadores son profesionales, tienen mucho carácter, son competitivos… e idiotas», bromeó tras una pausa al estar siendo enterrado bajo toallas mientras hablaba en la celebración por el pase a la final de la NBA. «Pasaron por altibajos y representan todo lo que significa ser un equipo. Se lo merecen, porque invierten mucho en ellos mismos. Es descomunal lo que construyeron y no podría estar más feliz», dijo el entrenador.
Se nota una conexión especial entre técnico y plantilla. Daigneault siempre tuvo facilidad para llegar a los jugadores. Durante varias etapas de su carrera se dedicó al reclutamiento y al trabajo específico con ellos. Como en la Universidad de Florida, donde ejerció de asistente con sólo 25 años. Su jefe allí sería Billy Donovan, el mismo que tuvo en los Thunder y al que sustituyó en noviembre de 2020 cuando fue despedido.
«Es increíble estar alrededor de estos jugadores todo el año. Aportan energía y yo puedo entrenar de la mejor forma gracias a este grupo», sentenció Daigneault, que la temporada pasada ya fue elegido Mejor Entrenador de la temporada. Este año, con un balance de 68-14, líder de la NBA, no estaba entre los candidatos.