
Redacción
Mike Brown está seguramente ante el mayor reto de su carrera. Es cierto que ya destacó en su día como entrenador de los Cleveland Cavaliers y que posteriormente fue clave en la campaña de las 73 victorias de Golden State Warriors, pero lo que se le plantea ahora es la posibilidad de llevar a los New York Knicks a las Finales y, quién sabe, lograr el primer anillo de la organización tras más de medio siglo de sequía.
El contexto es sin duda favorable. Los neoyorquinos tienen su mejor plantilla en muchos años y la Conferencia Este se ha debilitado por las graves lesiones de Tyrese Haliburton en Indiana y Jayson Tatum en Boston. Básicamente el único rival que debería mirar de tú a tú a los Knicks son los Cleveland Cavaliers. Pues bien, sabiendo todo eso, Brown parece estar decidido a apostar por salir de inicio con sus ‘torres gemelas’ –Karl-Anthony Towns y Mitchell Robinson–, quizás pensando en un hipotético cruce con Evan Mobley y Jarrett Allen.
«La longitud con ellos en la cancha es simplemente increíble, cuando juegas con KAT como cuatro, con OG (Anunoby) como tres y con Mikal (Bridges) como dos… Es un equipo grande y largo, con muchas piezas intercambiables. Y luego, ofensivamente, no solo para KAT, sino para el resto del grupo, te da una imagen diferente. Uno pensaría que ese grupo debería ser capaz de rebotear a un alto nivel, que es uno de nuestros pilares», comenta el head coach.
Pese a que ese es el plan que más gusta a Brown, de igual modo señala que nada es inamovible, por lo que serán los resultados y los problemas que les planteen diferentes rivales los que determinarán el quinteto y la rotación en muchos momentos de la temporada.