
Redacción
El Miami Heat volvió a suspender a Jimmy Butler el lunes, la tercera suspensión de su descontenta estrella en el último mes, y la que parece marcar el final de su ciclo de seis años en el equipo.
El Heat declaró que la última suspensión, provocada porque Butler abandonó el entrenamiento tras enterarse de que el equipo planeaba sacarlo del banco, se prolongará hasta la fecha límite de cambios de la NBA, el 6 de febrero.
La suspensión indefinida prácticamente cierra un capítulo complicado en la carrera de 14 años de Butler. Seis veces All-Star, MVP de las Finales de la Conferencia Este y líder de dos equipos que llegaron a las Finales de la NBA, Butler ha llevado a cada una de sus cuatro franquicias a cotas que les ha costado repetir sin él.
Sin embargo, Miami está comprobando de primera mano lo incómoda que Butler puede hacerte la vida cuando no está contento. Sus estrategias de salida se han convertido en legendarias: sesiones de entrenamiento conflictivas, encontronazos con los entrenadores y una presión general para hacer la situación insostenible. Butler ya se había perdido nueve de los últimos 12 partidos de Miami por suspensiones. La primera, de siete juegos, por conducta que el Heat consideró perjudicial, y la siguiente, de dos partidos, por perderse un vuelo del equipo a Milwaukee la semana pasada, antes de su última sanción del lunes.
Si Butler ha jugado su último partido con el Heat, entonces es una buena ocasión para repasar la tumultuosa carrera del veterano en la NBA, y cómo cada situación fue evolucionando desde un potencial prometedor hasta una dolorosa separación.