
Los Dallas Cowboys han tomado medidas drásticas en su estrategia de cara a la agencia libre, reestructurando los contratos de CeeDee Lamb y Dak Prescott para liberar espacio en el tope salarial. Este martes, se realizó un ajuste en el contrato del quarterback Dak Prescott, lo que permitió liberar 37 millones de dólares. Prescott, quien iba a tener la nómina más alta de la NFL en 2025 con 60 millones de dólares, verá su salario transformado en bonos, lo que aligera el impacto sobre el tope salarial de su equipo.
Con los ajustes a los contratos de Lamb y Prescott, los Cowboys han liberado poco más de 57 millones de dólares en su tope salarial para la próxima campaña. Esto les proporciona mayor flexibilidad antes del inicio del periodo de negociación con agentes libres. Jerry Jones, dueño y gerente general de los Cowboys, fue claro en cuanto a sus planes: “No veo la agencia libre como un lugar para llenar huecos”, y su hijo, Stephen Jones, vicepresidente ejecutivo del equipo, agregó que serían «selectivamente agresivos» en el mercado.
El principal objetivo de los Cowboys con este dinero extra es asegurar a su estrella defensiva, Micah Parsons, quien entra en su último año de contrato. Jerry Jones sabe que no puede permitirse perder a uno de los jugadores más importantes de su plantilla. Aunque Parsons ha dejado claro en el pasado que no necesita ser el jugador defensivo mejor pagado de la NFL para quedarse en Dallas, el equipo se enfrenta al reto de negociar una extensión para mantenerlo.
Por el momento, el título del jugador defensivo mejor pagado de la liga lo ostenta Maxx Crosby, quien firmó recientemente una extensión de tres años y 106.5 millones de dólares con los Las Vegas Raiders.