Redacción
Los Clippers han sido uno de los conjuntos más activos en las primeras horas de apertura del mercado estival. Necesario sabiendo que se acaban de desprender de uno de sus referentes, Paul George, y van a tener que darle otro impulso a la plantilla para hacerla de nuevo competitiva en su conferencia.
Desde la franquicia no perdieron la oportunidad, en una singular estrategia, de confirmar que George no renovará con ellos. Se debate entre otras opciones, apuntando principalmente a los 76ers, pero no es L.A. una de ellas.
El jugador renunció a seguir un año más con su contrato, activando la maniobra de salida y dejando de lado los 48,8 millones que tenía en él, para volar. “Hemos traspasado mucho para juntar jugadores alrededor de Paul y Kawhi.
Han sido cinco años como contendientes. Aunque no hayamos alcanzado el objetivo final, apreciamos el recorrido que hemos tenido con Paul. Le echaremos de menos”, escribieron los Clippers para despedirle con honores.
Efectivamente llevaba allí desde 2019, cuando se alió con Leonard para formar una dupla de impacto. Y no les ha valido para ser los números uno en la mencionada horquilla.
Los Clippers han tomado otros caminos, por tanto. Además de decorar la rotación interior sacando de la misma a Mason Plumlee, han asegurado potencia por fuera. James Harden se queda dos años más, Derrick Jones es el refuerzo clave en el alero y Russell Westbrook está esperando un posible traspaso.
Dentro de este pequeño rearme de los de Tyronn Lue en las primeras horas del mercado destaca el contrato de Harden, por lo ostentoso (70 millones por 2 años), y el de Jones, por lo contrario (30 millones por 3 años).
El alero estaba jugando en los Mavs por el mínimo y fue importantísimo, y como titular, para -venciendo a los Clips en el camino- hacer un buen papel en las eliminatorias por el título.
El base, por contra, se mantiene como una sombra del que fue en los Rockets pero como amenaza constante gracias a sus prodigiosas manos. Sin el dinero que iban a emplear en renovar a P.G. se pueden centrar en otros objetivos de mercado. Lo necesitan. Se congratulan de la “gran flexibilidad del nuevo convenio” y de “usar nuestras ventajas organizativas” para atraer talento. De nuevo, lo necesitan.
La franquicia entra en un periodo crítico (pabellón nuevo, el Inuit Dome, como parte de la diferenciación que quieren hacer con los Lakers; logo recién estrenado; inyección económica; y estos impulsos hay que vestirlos con jugadores que entusiasmen) en el que ansían ser de nuevo un candidato a todo en la Conferencia Oeste.
Quitándole a Jones a sus archirrivales de Dallas, el equipo que más daño les ha hecho en esta etapa quinquenal, algo han conseguido. La duda de Kawhi Leonard, que acabó maltrecho la pasada temporada y no se descarta que se pierda los Juegos por lesión, continuará pero con otros acompañantes de viaje (sin olvidar todo lo mal hecho en el pasado).