La final de la NBA empezará el 6 de junio en Boston. Los Celtics, el equipo que partía como favorito en todas las quinielas al principio de la temporada, ha despachado por la vía rápida a unos Indiana Pacers mermados por la lesión de su estrella, Tyrese Haliburton.
Con su victoria de este lunes (102-105), se anotaron un 4-0 en la final de la Conferencia Este de la NBA y esperan al rival que llegue del Oeste, donde los Dallas Mavericks de Luka Dončić tienen una ventaja de 3-0 y reciben en casa este martes a los Minnesota Timberwolves.
Los Celtics han dado la sensación de no tener que forzar demasiado la máquina en toda la final del Este, salvo quizá en el primer partido, que los Pacers tiraron cuando tenían casi ganado (tres puntos a favor y posesión a falta de 10 segundos).
Los de Boston han echado de menos a su pívot titular, Kristaps Porziņģis, cuya ausencia ha permitido a Pascal Siakam y Myles Turner apoderarse de la zona, pero el talento de sus tres consagrados all-stars (Jayson Tatum, Jaylen Brown y Jrue Holiday), junto con la fiable aportación de derrick White y las prestaciones del veterano Al Horford les han bastado para imponer su superioridad.