
Para Lorena Ramírez no existen límites. La corredora rarámuri se ha convertido en un símbolo de perseverancia al representar a México en exigentes ultramaratones internacionales, desafiando los terrenos más complicados en países como España, Estados Unidos y Hong Kong.
En estas competencias, donde recorre distancias que van desde los 50 hasta los 100 kilómetros, Lorena no solo enfrenta al cansancio y al clima, sino también a su mayor obstáculo: la enfermedad.
“Lo más complicado siempre es la enfermedad. A veces siento que no voy a llegar a la meta por el agotamiento, pero sigo adelante. Los huaraches me resultan más cómodos al correr en montaña, aunque me lastimen los pies, forman parte de mí”, expresó.
A inicios de este año, la atleta completó el Ultramaratón de Hong Kong en un tiempo de 26 horas, dos minutos y 12 segundos, demostrando su resistencia y fortaleza. Más allá de las medallas, cada carrera representa una oportunidad para ayudar a su familia y a su comunidad, motivo que la impulsa a seguir corriendo con orgullo.