
Redacción
Hablar de Luka Doncic es el pan de cada día en la NBA. El jugador esloveno, que llegó a copar portadas incluso antes de llegar a la mejor liga del mundo, cuando coleccionaba éxitos y MVPs con el Real Madrid, está en boca de todos incluso con la temporada acabada.
Las imágenes del base haciendo deporte y con un físico obviamente muy mejorado si lo comparamos con el que acabó el curso baloncestístico han sido una constante. Pero también algo que hemos visto otros años y que luego no se ha mantenido en el tiempo.
Ahora, la gran pregunta es si esta vez será la mejor ocasión para que Doncic se establezca definitivamente en una regularidad que le permita estar físicamente bien el máximo tiempo posible. Por ahí pasan, en última instancia, las opciones de los Lakers para conquistar un anillo que no llega desde 2020. Todavía con LeBron James, ese ser imperecedero que seguirá en activo, a su lado.
“Ha mejorado su acondicionamiento físico durante la pretemporada. Ha bajado mucho de peso y está trabajando con una dieta estricta y entrenamiento cardiovascular, según una fuente con conocimiento del plan. A diferencia de su temporada baja habitual, pasó un mes sin entrenar en la cancha para centrarse más en su físico.
Doncic se ve visiblemente más delgado en las fotos y ahora ha vuelto a entrenar con Eslovenia para prepararse para el Eurobasket a finales de este verano”. Son palabras del periodista Dan Woike en The Athletic. El reportero está especializado en información de los Lakers tras la marcha de Jovan Buha, su predecesor. Y asegura que Doncic se lo está tomando en serio.
El esloveno promedió el año pasado, en 28 partidos con los Lakers tras el histórico traspaso, 28,2 puntos, 8,1 rebotes y 7,5 asistencias. En playoffs, en cinco partidos, se fue a más de 30, con 7 y 5,8.
Pero no es oro todo lo que reluce: se fue a menos del 35% en triples, sufrió mucha fatiga, tuvo problemas en los emparejamientos defensivos y no estuvo a la altura física de lo que exigían unos Timberwolves que resolvieron la eliminatoria por un contundente 4-1. Además, tuvo problemas en la distribución y quedó en evidencia en ese otro lado de la pista cuando el ataque dirigido inteligentemente por Chris Finch le buscaba constantemente, dejando al descubierto esas carencias que siempre ha arrastrado en su carrera deportiva y que, camino de los 27 años, todavía no he resuelto. Algo que tiene que hacer lo antes posible si quiere tener una carrera larga y fructífera.
Por eso el curso baloncestístico 2025-26 es esencial para Doncic. Para que se consolide definitivamente y haga mostrar al mundo que es un jugador verdaderamente generacional, que trabaja en sus defectos y potencia sus virtudes. Y no sólo un hombre del espectáculo que suma registros anotadores históricos y triples-dobles por doquier. Que están muy bien, mientras te ayuden a ganar: mientras Giannis Antetokounmpo, Nikola Jokic o Shai Gilgeous-Alexander han ganado sus primeros anillos y sus particulares MVPs (tres en el caso del serbio), el esloveno parece estar un paso por detrás de sus contemporáneos y tiene que dar un paso adelante para entrar definitivamente en el Olimpo, en la historia. La historia de que se pone en forma a principios de temporada ya la hemos visto antes, y luego nada.
El Eurobasket será la primera parada, pero luego viene la verdadera jarana. Y, o da ahí la talla, o habrá más de uno que le de la razón a Nico Harrison. Esas son, en última instancia, las cuentas pendientes de Doncic.