Redacción
Recuperada la confianza en la jornada pasada con una goleada en Sassuolo, el Napoli confirmó su mejoría con una victoria ante la Juve gracias a los tantos de Kvaratskhelia, que volvió a ser el mejor de los del Vesubio, y de Raspadori, que fulminaron al gran rival napolitano, que se aleja cada vez más de la pelea por la Serie A.
Un Napoli-Juventus nunca es un partido más, especialmente en Nápoles, donde la rivalidad contra los juventinos se eleva a la enésima potencia. Había cuentas pendientes de la temporada pasada, cuando los celestes asaltaron el estadio juventino para desatar las celebraciones de un Scudetto del que ya se supo ganador en ese momento.
Y la esperada venganza de los del norte, de los turineses, no pudo ser. Es más, el resultado fue casi idéntico, pues fue Raspadori el que decidió ambos partidos con un gol agónico en los últimos compases, el héroe de dos de los días más señalados en el calendario sureño. Mucho más en estos momentos que transita este Nápoles necesitado de puntos.
Perdonó Vlahovic y no falló Kvara, que de nuevo volvió a ser el jugador más importante de los de Calzona. Un peligro constante por banda que tras una jugada casi perfecta del serbio, una vaselina que estrelló en la madera, encontró el primer tanto del partido para confirmar su regreso, su buen momento, su liderazgo.
El georgiano cazó un balón que había suelto en el balcón del área tras el despeje Rugani y, sin dejarlo botar, lo empalmó con su pierna derecha al palo de Szczesny, sin tiempo de reacción para el meta polaco.
Vlahovic no estuvo a la altura
No se rindió la Juve, que volvió a tener en pies de Vlahovic su mejor ocasión. Robó Rugani en presión alta, el serbio se quedó solo ante Meret y mandó al limbo la más clara del partido.
La Juve empezó a creerse superior. Cambiaso tuvo otro disparo franco desde dentro del área que se marchó alto. Lo buscó el combinado de Allegri, pero le faltaba pólvora. Y en esas siempre suele aparecer Chiesa, uno de los más activos del partido apareciendo por banda, por dentro y con desmarques en profundidad. Un todocampista que metió la que tuvo.
Un cierre de locura
A falta de 10 minutos cruzó un balón que colocó en la base del poste, inalcanzable para Meret. Silenció el Diego Armando Maradona y pareció arruinar la noche de Nápoles, pero la juventud e inexperiencia del canterano Nonge acabó con todo el esfuerzo visitante.
Un torpe penalti en el minuto 88 sobre Osimhen, una patada con el nigeriano de espaldas a portería y casi sin opciones de peligro, sentenció el partido. Falló Osimhen desde los once metros, pero apareció Raspadori en el rechace para dejar el partido 2-1. Napoli impuso su ley.
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