
El italiano Jannik Sinner conquistó su primer título en Wimbledon al superar al español Carlos Alcaraz en cuatro sets (4-6, 6-4, 6-4, 6-4), en una final que confirma su creciente dominio en el tenis masculino y le da un nuevo capítulo a la rivalidad más prometedora del circuito.
Este triunfo tiene un sabor especial para el número uno del mundo. No solo por sumar su cuarto trofeo de Grand Slam, sino por haberlo logrado frente a su mayor desafío reciente: Alcaraz, quien lo había vencido en sus últimos cinco duelos, incluyendo una desgastante final en Roland Garros que Sinner dejó escapar tras ir dos sets arriba y tener tres puntos de campeonato.
“Cuando pierdes varias veces contra alguien, vencerlo significa aún más”, reconoció Sinner al terminar el partido. Aunque elogió la actuación de su rival, admitió que todavía ve aspectos en los que el español lo supera y que su equipo ya trabaja para mejorar en esos detalles.
Ambos jugadores se perfilan como los grandes protagonistas del tenis actual. Entre los dos han ganado nueve de los últimos doce torneos de Grand Slam, incluyendo los últimos siete de forma consecutiva. Con apenas 23 años (Sinner) y 22 (Alcaraz), se han separado del resto de sus contemporáneos con un nivel de juego que —según el propio Alcaraz— no tiene comparación en el circuito actual.
“Cada vez que nos enfrentamos, el nivel es increíblemente alto”, dijo el español. “No veo a nadie más en el tour jugando así entre ellos”.
En la final, Sinner fue superior en aspectos clave como el saque y la devolución, mostrando solidez mental y precisión en los momentos importantes. Aunque Alcaraz ofreció destellos de su talento y emotividad, fue el italiano quien marcó el ritmo, manteniendo la compostura pero dejando ver, esta vez, más emoción de la habitual. Levantó el puño, gritó su propio “¡Vamos!” y celebró con fuerza cada punto clave.
Al terminar el partido, el campeón se arrodilló en la hierba del All England Club y golpeó el césped con la palma de su mano, liberando la tensión acumulada tras semanas de competencia.
Su entrenador, Darren Cahill, explicó que esa intensidad fue decisiva. “Lo vimos más enfocado, más determinado a cerrar el partido cuando tenía ventaja, algo que antes le costaba contra Carlos”.
Ambos jugadores coinciden en que esta rivalidad los empuja a mejorar día con día. Alcaraz señaló que medirse con Sinner lo obliga a mantener un nivel altísimo: “Cada entrenamiento es una oportunidad para mejorar, porque si no, él te pasa por encima”.
Ahora, todas las miradas apuntan al Abierto de Estados Unidos, que comenzará el 24 de agosto. Sinner defenderá el título, mientras que Alcaraz buscará recuperar el trofeo que ganó en 2022. Si el sorteo lo permite, podrían verse nuevamente las caras… en otra final.