Antoine Griezmann volvió a brillar para el Atlético de Madrid y fue la gran figura en la victoria por 3-1 sobre el Levante en el Metropolitano. El francés ingresó desde el banquillo y, con apenas tocar el balón, marcó el gol que adelantó a los locales y, más tarde, sentenció el partido con un segundo tanto, asegurando los tres puntos para su equipo.
El Atlético controló el partido desde el inicio, generando numerosas oportunidades y 13 saques de esquina en la primera mitad, aunque sin encontrar el gol hasta que una desafortunada acción de Dela permitió abrir el marcador a los 11 minutos tras un remate de Pablo Barrios que fue desviado hacia su propia portería. Sin embargo, el Levante reaccionó rápidamente y Manu Sánchez igualó al 21’, aprovechando un error defensivo y la pasividad de Oblak.
En la segunda mitad, Simeone movió el banquillo con la entrada de Griezmann y Almada, y el plan resultó perfecto. Al minuto 60, Griezmann convirtió la asistencia de Baena para poner el 2-1 y más adelante, en el 80’, aprovechó un rebote dentro del área para firmar el tercero, cerrando un triunfo contundente y recibiendo la ovación de la afición rojiblanca.
Con esta victoria, el Atlético se mantiene sólido en casa y Griezmann recuerda su olfato goleador, demostrando que, aunque su participación sea menor en minutos, sigue siendo determinante para el equipo de Simeone.
