
Redacción
Kylian Mbappé y la selección de Francia encontraron un golpe de suerte crucial para vencer a Austria (0-1) en el Allianz Arena, durante el primer partido del Grupo E de la Eurocopa 2024. Un centro del capitán francés, desviado por el defensor austriaco Wober hacia su propia portería, dio la ventaja a Francia en un partido que terminó sin su estrella, retirada por un golpe en la nariz.
A pesar de ser la favorita y subcampeona del mundo, Francia no demostró una superioridad aplastante frente a Austria. La velocidad, una de las mejores armas del equipo francés, se vio limitada por la falta de espacio y la defensa compacta del rival. Austria logró contener a Francia durante gran parte del partido, mostrando valentía y firmeza en su juego.
Aun así, Mbappé, aunque lejos de su máximo rendimiento, seguía siendo un peligro constante. En un momento clave, su regate rápido y un centro preciso terminaron en un gol en propia puerta de Wober, otorgando a Francia una ventaja inesperada.
El seleccionador Didier Deschamps intentó liberar a Mbappé en el ataque, cambiándolo de posición para desestabilizar la defensa austriaca. Este ajuste táctico casi surtió efecto, pero la precisión faltó en momentos decisivos.
Aunque la fortuna ayudó a Francia en este encuentro, fue evidente que el equipo necesitaba más cohesión y eficacia. A pesar de la baja de Mbappé, Francia logró mantener la ventaja gracias a la solidez de su portero Maignan y la intervención defensiva de Kanté.
En la ficha técnica del partido, Austria alineó a Pentz; Posch, Danso, Wober (Trauner, m. 60), Mwene (Prass); Seiwald, Sabitzer; Laimer, Baumgartner, Grillitsch (Wimmer, m. 60); Gregoritsch (Arnautovic, m. 60). Francia alineó a Maignan; Koundé, Upamecano, Saliba, Theo Hernández; Kanté, Rabiot (Camavinga, m. 71); Griezmann (Fofana); Dembélé (Kolo Muani, m. 71), Marcus Thuram, Mbappé.
El gol decisivo llegó en el minuto 38, cuando Wober marcó en propia puerta. El árbitro Gil Manzano amonestó a Wober, Mwene, Laimer, Dembele y Mbappé.
Este partido de la Eurocopa 2024, disputado ante 47.000 espectadores en el Dusseldorf Arena, mostró que, a pesar de sus credenciales, Francia necesita afinar su juego para ser verdaderamente imbatible en el torneo.