Redacción
La Comisión Disciplinaria de la FIFA hizo público este miércoles el informe en el que explica los motivos para suspender durante tres años de todas las actividades relacionadas con el futbol a nivel nacional e internacional a Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Futbol, y subraya que “estuvo tentada de imponer sanciones más severas” por el beso a Jenni Hermoso, quien aún se siente humillada.
Dicha comisión resolvió así a finales de octubre el expediente disciplinario abierto contra Rubiales el 24 de agosto tras los hechos acaecidos tras la Final del Mundial Femenil de Australia y Nueva Zelanda, en la que España se proclamó campeona tras vencer a Inglaterra. Rubiales se tocó los genitales en el palco y posteriormente, durante la entrega de medallas, besó en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso en el podio.
En un primer momento Rubiales recibió una suspensión provisional por un periodo de 90 días, y el 30 de octubre pasado recibió la notificación de la decisión de la Comisión Disciplinaria de sancionarlo por tres años.
EL BESO
Al referirse al beso no consentido a Jennifer Hermoso tras la Final del Mundial, la FIFA señala que “el denunciado no presentó disculpa alguna a la jugadora, ni públicamente ni, al menos, en privado”; y que “persistió en su negación (públicamente y en el contexto del presente procedimiento), manteniendo (en contra de la declaración inequívoca de la jugadora) que el beso fue consentido”.
Agrega que Rubiales “insultó públicamente a todos aquellos que vieron este incidente de forma diferente”, dijo que fue “un beso entre dos amigos celebrando algo”, y los llamó “idiotas y estúpidos“.
Subraya, además, que “el denunciado hizo uso de su cargo como presidente de la RFEF de forma agresiva y totalmente inapropiada para publicar -en nombre de la RFEF- declaraciones utilizando citas de la jugadora que no fueron escritas ni autorizadas por ella, y emitió un comunicado oficial (que posteriormente fue borrado) amenazando a la jugadora (entre otros) con acciones legales”.
Además, la Comisión señala que Rubiales utilizó la asamblea general de la RFEF “como foro para defenderse y distorsionar a su favor la realidad del beso”.
“El demandado y/o su entorno presionaron y/o coaccionaron (emocionalmente) a la jugadora en numerosas ocasiones para que hablara y se posicionara a su favor”. Además “ha sido objeto de un procedimiento penal en España como consecuencia del beso”.
IMPACTO
Del mismo modo, la Comisión subraya que “tampoco podía ignorar el impacto de las acciones de los demandados en la salud mental de la jugadora y en su carrera, habiendo subrayado esta última que todavía se siente ‘realmente humillada por todo lo que ha sucedido y por la exposición mediática y el escrutinio público al que ella y su familia han sido sometidos’”.
SANCIONES
«Por lo tanto, la Comisión está firmemente convencida de que el demandado, con su comportamiento, desprestigió el deporte del fútbol y/o a la FIFA a nivel mundial. Como tal, las sanciones que se le impongan reflejan todas las circunstancias (agravantes) antes mencionadas”, afirma.
“Teniendo en cuenta lo anterior y tras considerar detenidamente la totalidad de las pruebas a su disposición, la Comisión determinó que la prohibición de participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol era la medida más apropiada y proporcionada con la que sancionar al demandado en vista de las infracciones cometidas”, explica.
En particular, “teniendo en cuenta el innegable impacto mediático de la conducta del demandado y sus repercusiones en la reputación del fútbol y de la FIFA, pero también, y lo que es más importante, en la reputación de la jugadora”.
Por el estado mental de la jugadora, la Comisión considera que “una sanción de tres años estaba justificada en las presentes circunstancias”.