
Redacción
Quienes en años recientes han afirmado que Miss Universe México ha perdido relevancia, hoy están obligados a observar el intenso debate que generó en plataformas digitales la final del certamen de belleza.
En X —antes Twitter—, la controversia no se limitó a los comentarios habituales sobre la apariencia de las finalistas; escaló hasta dejar al descubierto tensiones en la organización y acusaciones de presunto influyentismo en favor de Fátima Bosch.
La coronación
El 13 de septiembre, la creadora digital Fátima Bosch, representante de Tabasco, recibió la corona y la banda que la convirtieron en la nueva representante de México rumbo al certamen internacional, que se celebrará en noviembre en Tailandia.
Sin embargo, Bosch inició su reinado en medio de la polémica.
Lo que no se vio en televisión
Mientras era coronada, 27 de las 31 representantes decidieron abandonar el escenario en rechazo al resultado.
Bosch fue felicitada únicamente por las representantes de Yucatán, Veracruz, Tlaxcala y Tamaulipas, lo que sorprendió a decenas de asistentes en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, en Zapopan, Jalisco.
Minutos después, el grupo de concursantes regresó para abrazar a Yoana Gutiérrez, Miss Jalisco, mientras gritaban “¡Jalisco!, ¡Jalisco!”.
Aunque en la transmisión oficial las cámaras se dirigieron a otros puntos del escenario, en X circularon videos de transmisiones en vivo donde se observa el respaldo de las concursantes hacia Miss Jalisco.
La acción fue interpretada como una muestra de inmadurez; sin embargo, adquirió otro matiz cuando Fátima Bosch reconoció públicamente su ruptura con el resto de las participantes.
Indicó que durante la primera etapa de la competencia existió unión entre las concursantes, pero la presión de las finales fracturó al grupo.
Al ser cuestionada sobre la reacción de las demás, Bosch las acusó de no representar los valores que promueve Miss Universe: “La sororidad verdadera no se dice de dientes para afuera; se practica, y tristemente en este caso no se dio”.
Lamentó que solo unas cuantas aspirantes tuvieran la madurez de aceptar el resultado: “Yo invito a que haya una verdadera sororidad. El certamen fue precioso, pero también hay que entender que solo una puede ganar; hay que aprender a perder. Hay niñas lindas que te apoyan y otras no, pero así es esto”, expresó.