
La velada de boxeo “Fatal Fury”, celebrada en pleno Times Square, marcó un hito en cuanto a producción y despliegue técnico, pero dejó opiniones divididas en el plano deportivo. Organizada por el empresario saudí Turki Alalshikh, la cartelera reunió a figuras destacadas como Ryan García, Devin Haney, Teófimo López y Rolando “Rolly” Romero, aunque los resultados no siempre coincidieron con las expectativas previas.
Romero sorprende y revive su carrera ante un García deslucido
El combate entre Rolando Romero y Ryan García fue el más comentado de la noche. Contra pronóstico, Romero se impuso por decisión unánime a un García apático, que cayó en el segundo asalto y no logró recuperarse anímicamente. La actuación del cubanoamericano, bajo la dirección del veterano entrenador Ismael Salas, mostró una versión más madura y disciplinada que le permitió controlar la pelea de principio a fin.
García, considerado una de las figuras más mediáticas del boxeo actual, decepcionó con una presentación sin energía ni estrategia clara, dejando en el aire su futuro inmediato en el deporte.
Haney vence con autoridad, pero sin emocionar
En otro combate estelar, Devin Haney venció por decisión unánime a José Carlos Ramírez con tarjetas amplias (119-109, 118-110, 118-110). El excampeón mundial ejecutó una pelea técnica y táctica, dominando la distancia y neutralizando por completo al mexicano-estadounidense.
A pesar de su control absoluto, Haney fue criticado por su estilo conservador, que evitó riesgos y generó poco espectáculo, especialmente en comparación con sus combates anteriores.
Teófimo López reafirma su estatus con victoria sólida
El neoyorquino Teófimo López fue uno de los pocos en cumplir con las expectativas. Con una victoria unánime sobre Arnold Barboza, López retuvo su título mundial y demostró su evolución técnica. Sus combinaciones precisas, su control del ring y su lectura de pelea lo posicionaron como uno de los nombres más sólidos de su división.
La afición en Nueva York celebró su desempeño, destacando su madurez en el cuadrilátero y su conexión con el público local.