
A pesar de ser una de las compañías más grandes del mundo, Microsoft tomó la controversial decisión de eliminar más de 9,000 puestos de trabajo en su división de videojuegos y otras áreas. Esta situación desató una oleada de críticas y llevó a que expertos comenzaran a cuestionar el papel de Xbox Game Pass y su posible impacto negativo en la rentabilidad de la empresa.
Es justo reconocer que el servicio de suscripción representa una alternativa muy atractiva, especialmente para jugadores que no pueden costear títulos AAA o experiencias independientes a precio completo. La posibilidad de acceder a un amplio catálogo de lanzamientos resulta, en pocas palabras, irresistible.
Sin embargo, persiste una pregunta clave: ¿realmente es rentable Xbox Game Pass para Microsoft, considerando que todos sus juegos first-party se integran al catálogo desde el primer día? Un nuevo análisis sugiere que la realidad podría ser mucho más oscura de lo que la empresa ha admitido.
Xbox Game Pass podría no ser tan rentable como asegura Microsoft
En una serie de publicaciones en redes sociales, el experto Christopher Dring, del medio The Game Business, arrojó luz sobre la creciente controversia en torno al servicio de suscripción. Según sus observaciones, muchos desarrolladores y usuarios ya lo señalan como uno de los principales factores detrás de los recientes despidos. Incluso se han iniciado campañas de boicot.
Phil Spencer, jefe de Microsoft Gaming, ha defendido reiteradamente que Game Pass es un modelo sostenible. Sin embargo, Dring advierte que dichas afirmaciones podrían estar manipuladas, ya que la empresa solo considera en sus cálculos los gastos asociados a títulos de terceros, marketing y mantenimiento del servicio. Bajo esas métricas, el servicio parecería rentable.
No obstante, el análisis revela que Microsoft no incluiría en ese balance la pérdida potencial de ingresos que enfrentan sus propios estudios al lanzar juegos directamente en Game Pass. Esto podría estar generando un vacío financiero importante que se oculta tras una presentación optimista de las cifras.
“Los costos asociados con Game Pass son tarifas pagadas a terceros, marketing, costos de servicio (…) Lo que no consideran es la pérdida de ingresos que los estudios internos de Xbox experimentan como resultado del modelo. Me imagino que, si recibieran una compensación similar, esa rentabilidad dejaría de existir”, señaló Dring.
Aunque el servicio superó los 34 millones de suscriptores a inicios de 2024 y recientemente se reportó un incremento marginal a 35 millones, el crecimiento parece haberse estancado. Estas cifras aún están muy por debajo del ambicioso objetivo de Microsoft de alcanzar los 100 millones de usuarios para 2030.
Objetivos financieros poco realistas estarían afectando a Xbox
Los despidos masivos y la cancelación de múltiples proyectos parecen evidenciar una crisis interna dentro de la división de videojuegos de Microsoft, a pesar de los avances comerciales. Las tensiones dentro de la empresa también han aumentado, pues se exige una mayor rendición de cuentas a los responsables del área de gaming.
Según el periodista Jez Corden, de Windows Central, la directora financiera de Microsoft, Amy Hood, impuso metas financieras “totalmente irreales” a Xbox. Estas expectativas estarían afectando directamente el desarrollo de nuevos proyectos y la estabilidad de los equipos de trabajo.
Por su parte, Tom Warren, de The Verge, aportó una visión matizada. Asegura que dichas metas tienen cierta lógica si se toma en cuenta la adquisición de Activision Blizzard King, operación que elevó las expectativas de rendimiento de la división. Sin esa compra, señala Warren, las ganancias habrían sido aún más bajas, dado que Xbox Game Pass todavía no logra consolidarse como una fuente de ingresos sostenible.