Redacción
Pocos novatos han estado bajo el nivel de presión mediática que enfrentó Bronny James en su primera temporada en la NBA. A sus 20 años, el hijo de LeBron James no solo debutó con Los Angeles Lakers, sino que también hizo historia al formar parte del primer dúo padre-hijo en disputar minutos oficiales en la liga.
Aunque sus oportunidades en el equipo principal fueron limitadas, Bronny tuvo varios destellos de su potencial. El más notable fue el 20 de marzo ante los Milwaukee Bucks, donde firmó su mejor actuación del año: 17 puntos con 7 de 10 en tiros de campo, cinco asistencias, tres rebotes y un tapón en 30 minutos, a pesar de la derrota 118-89.
En conversación con Spectrum SportsNet tras la eliminación de los Lakers en primera ronda ante Minnesota (4-1), Bronny hizo un repaso de su temporada y se detuvo especialmente en ese partido ante Milwaukee. «Ese juego fue especial, pero en general, cada vez que pude mostrar que pertenezco aquí significó mucho para mí,» afirmó. «Aunque haya gente que no cambie de opinión, me encanta esa sensación de demostrar que puedo jugar.»
Una temporada de aprendizajes y crecimiento
Más allá de los destellos en la NBA, Bronny aprovechó su tiempo en la G-League con los South Bay Lakers para afianzarse como una opción real de desarrollo. En 11 partidos allí, promedió 21.9 puntos, 5.7 asistencias, 5.1 rebotes y 1.9 robos por juego, con un 38% de efectividad desde la línea de tres puntos.
Su evolución también se reflejó en su actitud
«Estoy orgulloso de lo que me he convertido,» explicó. «Gané confianza. Siempre supe que podía hacerlo, pero salir a la cancha y realmente lograrlo me hace sentir bien con el jugador que soy y hacia dónde voy.»
No todo fue positivo. En entrevista con Dave McMenamin, de ESPN, meses más tarde, Bronny señaló su peor momento del año: el 28 de enero ante Philadelphia, donde terminó con 0 de 5 en tiros y tres pérdidas de balón en una derrota 118-104. «Fue una llamada de atención,» confesó. «Entendí dónde estoy y que tengo que mejorar. Fue una experiencia que necesitaba vivir.»
¿Qué esperar de Bronny en su segundo año en la NBA?
Con su año de novato finalizado y valiosas experiencias acumuladas tanto en la NBA como en la G-League, Bronny se prepara para una temporada clave en su desarrollo. La continuidad de su padre en el equipo luego de la siguiente temporada todavía está en duda, pero independientemente de eso, el joven base tendrá que pelear por un lugar estable en la rotación de Los Ángeles.
Su rendimiento en South Bay y los chispazos en juegos como el de Milwaukee le abren la puerta para competir como una pieza valiosa desde la segunda unidad. El enfoque estará en mejorar su consistencia, tomar mejores decisiones con el balón y demostrar que puede impactar los partidos más allá del apellido que lleva.
Si puede consolidarse como un jugador confiable en ambos costados de la cancha, Bronny podría dejar atrás el ruido mediático y comenzar a escribir su propia historia con los Lakers. El talento está. Ahora es cuestión de trabajo, mentalidad y minutos en la duela.
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