Redacción
Las porristas de los Dallas Cowboys son casi tan famosas en el mundo de la NFL que hace unas semanas estrenaron su propia serie documental en Netflix que descubrió alguno de sus secretos mejor guardados. Uno de los más llamativos fue comprobar que sus salarios están muy lejos de lo que cobran los jugadores de Jerry Jones.
Según un informe, las animadoras de los Dallas Cowboys ganan alrededor de $500 por juego, lo que equivale aproximadamente a $75,000 anuales. También tienen apariciones pagadas. Sin embargo, prácticamente todas lo compaginan con su otro trabajo a tiempo completo: hay enfermeras, dependientas, comerciales, publicistas, etc. Y todo esto a pesar que los días de partido tienen jornadas de 11 horas.
Pero este dato no es el único que ha sorprendido a muchos, sino todo lo que tienen que pasar para formar parte del equipo cada año y las numerosas reglas que después tienen que aceptar para ser una DCC perfecta. Por ejemplo, cuando entran tienen que firmar un contrato de no confraternización con los jugadores. Tienen prohibido salir con ellos y relacionarse. Cada uno cuenta con un vestuario distinto en el estadio y prácticamente no se conocen, a pesar de estar en el mismo club y coincidir en los partidos.
Las DCC no pueden subir de peso ni llevar tatuajes
Otra de las normas que tienen es que no se les puede tocar. Ni cuando se hacen fotos con los fans.Y no solo eso, tienen que cuidar su apariciencia hasta el más mínimo detalle. Estar completamente peinadas y maquilladas todos los días. Eso sí, no pueden pasarse con el maquillaje y deben lucir siempre con una apariciencia natural. El brillo no está permitido.
No pueden llevar tatuajes que se vean. Y, quizá, la norma más dura. No pueden subir de peso. Desde que reciben su uniforme a medida no vuelven a tener otro más, con lo que están obligadas a mantener su talla siempre que formen parte de la organización. Además, tampoco puede mascar chicle ni acudir a ningún lugar donde se sirva alcohol ni fiestas. Las 36 cheerleaders que hay cada temporada deben ser un modelo a seguir.