
Redacción
El FC Barcelona ganó la séptima Copa de España de fútbol sala de su historia al imponerse a todo en Cartagena, no solamente a un gran rival como El Pozo: ir siempre a remolque de marcador, la lesión de Dyego que se une a las que ya arrastra la plantilla y unas decisiones arbitrales difícilmente explicables, como la expulsión de Pito por unas manos que no fueron sin siquiera ser revisadas en el VAR, complicaron una final que se resolvió, tras el 3-3 con el que acabó el encuentro y su correspondiente prórroga, en una vibrante tanda de penaltis.
Por si fuera poco, ni siquiera faltó la intervención directa del director deportivo de la sección azulgrana, Jordi Torras, con «una rajada» sobre la respuesta del equipo en la primera parte, y su cambio de discurso al final elogiando la reacción de los jugadores culés.
Catela, MVP de la final, fue un jugador clave sin el cual no se puede explicar el desenlace feliz para el Barça. Catela forzó la prórroga a tres segundos del final del tiempo reglamentario, con 2-3 a favor de El Pozo. Una ingenua falta de Álvarez forzó esa acción que devolvió a la vida al Barça. El 3-3 se mantuvo en el tiempo extra y la tanda fue igualmente espectacular.
En la tanda marcaron Coelho, Antonio, Erick y Catela, autor del definitivo gol de penalti, dejando en anécdota el fallo de Adolfo, que incluso repitió tras su error inicial. En El Pozo anotaron Marcel y Marlon pero marraron Valero y Taffy, éste a causa de un paradón de Miquel Feixas. Aunque El Pozo protestó la intervención del portero culé, las imágenes, que esta vez sí fueron revisadas, probaron la legalidad de su parada.
Ante un epílogo tan cargado de incidencias, todo lo que ocurrió antes quedó relegado a un segundo plano: un gol de Rafa Santos al filo del descanso para El Pozo, la respuesta de Catela al transformar un penalti cometido por Taffy sobre Matheus, el 1-2 de Felipe Valerio ya entrada la segunda parte, el 2-2 de André Coelho en el minuto 29 tras una inteligente maniobra sin tocar el balón de Harrison, una mano no castigada de Marlon que taponó un disparo a puerta de Catela y, a dos minutos de acabar la segunda mitad, esa segunda amarilla por presunta mano de Pito que nunca lo fue, antesala del 2-3 de Gadeia que parecía la sentencia. Hasta que Catela dijo basta. Fue la 15ª final que el Barça le gana a El Pozo en su historia, que aunque costó lo suyo, se repitió.