Redacción
El presidente Donald Trump ha expresado su deseo de que el nuevo estadio de los Washington Commanders lleve su nombre, según revelaron fuentes cercanas a ESPN.
El moderno recinto, valorado en 3.700 millones de dólares, se construye en el histórico emplazamiento del antiguo Estadio RFK, la antigua casa del equipo entre 1961 y 1996. De acuerdo con una fuente de la Casa Blanca, Trump considera que su gestión fue clave para impulsar la reconstrucción del proyecto deportivo más ambicioso en la historia de Washington D.C.
Incógnita para Trump
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, confirmó en un correo a ESPN que “sería un nombre magnífico, ya que fue el presidente Trump quien hizo posible la reconstrucción del nuevo estadio”. Aunque no ofreció más detalles, una fuente de alto rango aseguró que “es lo que el presidente quiere, y probablemente sucederá”.
Por su parte, un portavoz de los Commanders declinó hacer comentarios, aunque fuentes del equipo confirmaron que Trump asistirá al partido contra los Detroit Lions como invitado del propietario Josh Harris. Se espera que el mandatario participe en las actividades del medio tiempo dedicadas a las fuerzas armadas, y que durante el evento se aborden conversaciones preliminares sobre el futuro nombre del estadio.
¿Podrá Trump lograr que el estadio lleve su nombre?
Aunque Trump desea que el estadio sea bautizado como “Donald J. Trump Stadium”, la decisión no depende únicamente del equipo. Los Commanders poseen los derechos comerciales del nombre, pero la determinación final recae en el Consejo del Distrito de Columbia y el Servicio de Parques Nacionales, instituciones encargadas de administrar los terrenos federales donde se erige el nuevo recinto. Una fuente señaló que “el equipo no tiene autoridad para nombrar el estadio por sí solo”.
En abril, la NFL, la alcaldesa Muriel Bowser y Harris confirmaron oficialmente la construcción del nuevo estadio en el Distrito de Columbia. Sin embargo, las tensiones entre Trump y el grupo propietario vienen de meses atrás, cuando el presidente advirtió que bloquearía el proyecto si el equipo no recuperaba su antiguo nombre, Redskins, retirado en 2020 por considerarse ofensivo hacia comunidades nativas americanas.
