Redacción
Foto| Especial
El futbolista azulcrema que más quería ver la afición este miércoles en la cancha del NRG Stadium apenas tuvo media hora de actividad, le metieron un golazo al minuto 30 y, curiosamente, fue sacado de cambio de inmediato. Así se resume la noche de Guillermo Ochoa en el América contra el Manchester City inglés.
El capitán de las Águilas era el centro de atención para los seguidores mexicanos y para algunos de los británicos, ya que era el único al que reconocían. Se dio tiempo de hacerse de empujones con Jack Grealish, el mediocampista de los más de 100 millones de euros, y tras ver perforada su meta con un tremendo zapatazo dejó la cancha.
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El cambio de Ochoa al 30′ ya estaba planificado por Fernando Ortiz, quien en la rueda de prensa previa anunció que el tiempo de juego del portero sería limitado, pero consciente de lo importante de su presencia.
Fue una simple casualidad que en los últimos segundos de su actuación, Kevin de Bruyne le metiera un golazo al ángulo a Paco Memo, quien se incorporó resignado sin reclamarle a su defensa porque nadie podía detener ese cañonazo.
Tal y como contra el Chelsea, Ochoa Magaña dejó su lugar a Óscar Jiménez, quien en el tiempo agregado del primer lapso vio caer su cabaña nuevamente ante un remate del belga De Bruyne, esto pocos minutos después de que Henry Martin había empatado parcialmente el cotejo en Houston.