Redacción
El primer domingo de la temporada regular del 2024 en la NFL arrancó con la noticia de que los Dallas Cowboys habían convertido a Dak Prescott en el jugador mejor pagado en la historia de la liga con un promedio anual de 60 millones de dólares por cuatro años, las temporadas del 2025 al 2028. Se trata de un salto notable con respecto al récord anterior de la liga, que era de 55 millones de dólares.
Sin ese acuerdo, los Cowboys arriesgaban perder a un quarterback de primera línea que ya sabe lo que es liderar a la liga en pases de anotación, y con uno de los Total QBR más sanos en el juego –el quinto más alto en la NFL desde el 2020–, en agencia libre, donde no iban a faltar candidatos en aventarle esa clase de dinero a Prescott, si no es que más, al término de la actual temporada.
El debate en torno a Prescott tiene que ver poco con si puede ser considerado o no el mejor quarterback en la liga –la respuesta es no– y mucho que ver con el precio actual de los quarterbacks en una NFL que necesita, tarde o temprano, encontrar el modo de frenar la inflación de esos números.
Trevor Lawrence de los Jacksonville Jaguars, Jordan Love de los Green Bay Packers y Joe Burrow de los Cincinnati Bengals estaban empatados, hasta el día de hoy, en la cima de la lista del mayor promedio anual con 55 millones de dólares. Es imposible señalar a alguno de ellos como el mejor de la NFL, y solo Burrow puede colocarse por arriba de Prescott, si hablamos con seriedad. Antes de esta mañana, el promedio anual previo de Prescott lo tenía empatado con Daniel Jones y Matthew Stafford en el puesto N° 15 de la liga. Anillo o no en la mano de Stafford, Prescott es mejor que esos dos, lo mismo que varios de los que estaban cobrando más que él.
Volvemos a que, «Más vale un mal acuerdo que un buen pleito». Por supuesto, esta frase no es para Prescott. Ni para Love. Ni para Lawrence. Ni para ninguno de los otros cinco pasadores que cobran un promedio anual superior a los 50 millones de dólares, combinándose para cero triunfos de Super Bowl, lo mismo que los cuatro mencionados arriba. Ellos son Tua Tagovailoa de los Miami Dolphins, Jared Goff de los Detroit Lions, Justin Herbert de Los Angeles Chargers, Lamar Jackson de los Baltimore Ravens y Jalen Hurts de los Philadelphia Eagles. De hecho, Herbert ni siquiera sabe lo que es un triunfo en playoffs, pero los Bolts no dudaron en extenderlo por cinco años y 262.5 millones de dólares en julio del 2023.
Y, si seguimos bajando en la lista, los siguientes dos jugadores tampoco saben lo que es tener el trofeo Lombardi en las manos después de un Super Bowl. Kyler Murray presume un promedio anual de 46.1 millones de dólares, mientras que Deshaun Watson un promedio anual de 46 millones de dólares como parte de un contrato 100 por ciento garantizado de 230 millones de dólares, firmado en marzo del 2022.
¿Vieron a Watson esta tarde en el partido entre sus Cleveland Browns y los Cowboys de Prescott? ¿Luce eso como un quarterback de 230 millones de dólares garantizados a lo largo de cinco años? La respuesta es simple: sí. Porque eso es lo que cuesta Watson, y su desempeño de hoy está en línea con lo que ha mostrado en sus oportunidades con Cleveland. Entonces, efectivamente eso es lo que te compran 230 millones de dólares totalmente garantizados en la NFL en el primer cuarto del Siglo XXI.
Para encontrar al mejor quarterback de la NFL en la lista de los mejor remunerados, hay que descender hasta el peldaño N° 12, donde Patrick Mahomes aparece con 45 millones de dólares anuales. Sin embargo, ni ese puesto le pertenece solo. Está empatado con el flamante nuevo pasador de los Atlanta Falcons, Kirk Cousins, con el mismo salario promedio anual. Ese es el estado de la liga.
Ahora, no hay que sorprenderse mucho por ello. En 1987, los Bengals convirtieron a Boomer Esiason en el primer jugador en la historia de la NFL con un salario promedio anual superior al millón de dólares, 3.6 millones por tres años. ¿Alguna vez podía haber sido considerado el mejor en la posición en toda la NFL? Seguro, fue Jugador Más Valioso de la NFL en 1988, pero en la era de los Joe Montana, Steve Young, John Elway, Dan Marino, Jim Kelly, Troy Aikman, Dan Fouts, Warren Moon, Phil Simms, dudo mucho que Esiason hubiera sido considerado unánimemente como el mejor de la liga en algún momento.
Cuando abrimos esta pieza charlando del mal acuerdo, por supuesto que no hablamos de Prescott. El quarterback renovó con el único en el que ha jugado profesionalmente, para mantenerse como el quarterback del equipo de mayor alto perfil de la liga, y como el rostro más reconocible de la franquicia deportiva más valiosa del planeta. Prescott había dejado en claro que Dallas era el único equipo con el que deseaba seguir su carrera. Pero, Prescott tenía todo a su favor en la mesa de negociaciones, comenzando por la posición en la que juega. Y, Jerry Jones, dueño de los Cowboys, deseaba retener a Prescott, casi, a cambio de lo que fuera.