
Redacción
Los Titans de Tennessee decidieron poner fin al ciclo de Brian Callahan como entrenador en jefe luego de un decepcionante arranque de temporada 2025 con marca de 1-5, convirtiéndolo en el primer entrenador despedido de la NFL en esta campaña.
La decisión fue anunciada el lunes, tras una reunión con la directiva encabezada por Chad Brinker, presidente de operaciones de fútbol americano, y el gerente general Mike Borgonzi, quienes informaron al entrenador del cambio. Brinker explicó que la decisión se tomó después de una amplia conversación con la propietaria principal Amy Adams Strunk, señalando que el equipo no ha mostrado el progreso esperado.
McCoy tendrá su debut al mando el domingo ante los Patriots de Nueva Inglaterra (4-2), dirigidos por Mike Vrabel, quien fuera precisamente el entrenador de Tennessee antes de la llegada de Callahan.
Este contexto refleja una clara falta de continuidad en el proyecto deportivo de los Titans, que buscan establecer una identidad competitiva tras varios años de altibajos.
Números que explican la decisión
Los resultados deportivos de Callahan reflejan la magnitud del problema. En dos temporadas, el entrenador acumuló un récord de 4-19, incluyendo una racha de 10 derrotas consecutivas, un registro que iguala el de Ken Whisenhunt, quien fue despedido en 2015 con marca de 3-20.
La ofensiva ha sido uno de los principales puntos débiles del equipo. En lo que va de la temporada, Tennessee solo ha anotado 83 puntos y promedia 3.94 yardas por jugada, una cifra alarmante que los coloca junto a los peores ataques de las últimas dos décadas. Solo equipos como los Jets de 2019, los Bills de 2018, los Browns de 2009, los Raiders de 2009 y los 49ers de 2007 habían registrado números tan bajos en seis juegos.
Tennessee busca estabilidad en medio del caos
Con la llegada de Mike McCoy al mando interino, los Titans de Tennessee esperan encontrar un rumbo que les permita rescatar la temporada y sentar las bases para un futuro más sólido. Sin embargo, la franquicia enfrenta el desafío de reconstruir su identidad mientras lidia con los efectos de una inestabilidad constante en su dirección técnica y administrativa.
La historia de Callahan se suma a la larga lista de entrenadores que no logran consolidarse en una liga tan exigente como la NFL, donde los resultados son la única moneda válida.