Redacción
El alemán Boris Becker se convirtió en un fenómeno mundial cuando se convirtió en el campeón más joven de Wimbledon a sus 17 años. ‘Boom Boom’ llamó la atención por su potente físico, que desplegaba con saques inalcanzables. Así como por su carisma. Enseguida creó filias y fobias, porque también le acompañaron los escándalos, muchos relacionados con sus cacareadas relaciones sentimentales, con hijos extramatrimoniales muy sonados.
Todo un personaje desde su habilidad para ser uno de los mejores tenistas del historia. Llegó al número uno mundial, conquistó seis títulos. Además del triplete en Wimbledon, dos Open de Australia y un US Open. No falta en su palmarés la Copa Davis y el Masters Final.
Entre sus problemas legales, desde la evasión fiscal a declararse en bancarrota, con el agravante de que la justicia británica halló que sí tenía fondos, que era ficticia su falta de liquidez, que estaba haciendo levantamiento de bienes, ocultando su patrimonio real.
Ello le valió ser condenado a dos años y medio de cárcel. Entró en prisión durante ocho meses, cuando fue liberado el 19 de diciembre de 2022, deportado a Alemania.
Ha vuelto a la normalidad, estuvo entrenando al danés Holger Rune, aunque su mayor experiencia en el banquillo fue con Novak Djokovic o como capitán de Copa Davis de su país. Sigue siendo comentarista de televisión en grandes eventos de la raqueta, de los que es un habitual.
En el diario británico The Guardian ha recordado sus tiempos tras las rejas, dejando muy claro que «quien diga que la vida en prisión es fácil miente; es un castigo de verdad».
Recuerda momentos en los que lo pasó mal. «Oí los gritos y no supe qué eran. ¿Acaso intentaban suicidarse o hacerse daño? ¿O no podían soportar su soledad? ¿O simplemente emitían sonidos incoherentes porque ya habían perdido la razón?», rememora.
Quiere dejar claro que es una experiencia desaconsejable. «No puedes dormir porque todo es cierto. En la cárcel, la gente se suicida, se autolesiona y enloquece. Es la cruda realidad cuando nunca has estado en prisión, y eso es lo que tus abogados no te cuentan antes, quizá para no asustarte. La prisión de Wandsworth es probablemente una de las más duras del Reino Unido, así que entrar allí fue un shock».
Y una lección de vida, una oportunidad para reflexionar: «Me considero una persona bastante inteligente y, con el tiempo, empiezas a reflexionar sobre los porqués de todo lo que sucedió. Tres años después, la razón por la que me va bien es porque asumí la plena responsabilidad de mis actos, tanto buenos como malos», significa.
