
Redacción
Manhattan vivió un episodio de pesadilla, un tiroteo en un edificio en Nueva York donde está la sede de la NFL que dejó cuatro muertos y cinco heridos, siendo el autor de los homicidios el exjugador de futbol americano, Shane Devon Tamura, de 27 años de edad.
Después de la terrible tragedia, ha salido a la luz que Tamura dejó una nota suicida señalando a la NFL y al futbol americano como responsables de su deterioro mental, asegurando que padecía encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) por los golpes que recibió en la cabeza cuando fue jugador.
¿Qué decía la carta?
El tirador se suicidó tras asesinar al menos a cuatro personas en un tiroteo que se produjo en el edificio del centro de Manhattan (345 Park Avenue), sede de las oficinas de la NFL; además, dejó a cinco personas heridas.
La policía descubrió que llevaba una carta de despedida de tres páginas en la bolsa de su pantalón, donde se despedía, se disculpaba, pero al mismo tiempo culpaba a la NFL por su enfermedad, por la cual decía había ingerido anticongelante.
Tamura jugó a alto nivel en categorías de formación de futbol americano y aseguraba que sufría ETC, una enfermedad neurodegenerativa progresiva (ETC: Encefalopatía Traumática Crónica), relacionada con los golpes en la cabeza.
«El futbol americano me provocó ETC y me hizo beber litros de anticongelante», menciona la carta, según revela CNN.
Pidió estudien su cerebro
Shane Tamura se refirió a Terry Long (exjugador de futbol americano de los Pittsburgh Steelers), quien se suicidó en 2005 luego de ser diagnosticado con ETC.
Y no es el único caso, se recuerda también a Phillip Adams, exjugador de la NFL que se suicidó en 2021 tras matar a cinco personas.
«No puedes competir en la NFL, te aplastarán… por favor, estudien mi cerebro».
«Lo siento, lo siento por todo», fueron otras palabras escritas, disculpándose por los homicidios que iba a cometer.
Tenía antecedentes psiquiátricos
Después de los asesinatos, un portavoz de la Policía confirmó que el homicida tenía antecedentes psiquiátricos.
«No importa el número de conmociones sufridas en su vida, sino el número de golpes recibidos en la cabeza, no tiene cura. El ETC afecta a la capacidad para relacionarse, se siente frustración, se actúa de manera impulsiva y hay inestabilidad emocional», explicó Hallie Zwibel, director del Centro de Medicina Deportiva del Instituto de Tecnología de Nueva York, en declaraciones a ‘The New York Post’.