
Redacción
Lo que comenzó con una llovizna regular de las que, por lo menos, una vez a la semana experimentan Nueva Jersey y Nueva York, se convirtió en un verdadero caos que llevó al colapso de las líneas del Metro, y, en el caso de NJ, la declaración del estado de emergencia.
Los llamados flash floods, o inundaciones inmediatas, llegaron en segundos a algunas estaciones del Metro de Nueva York (MTA), como las de las calles 23 y 38, ambas con afectaciones en el tren 1.
El agua caía de los techos del subterráneo, salía de las vías de los trenes y bajaba por las escaleras mientras las personas subían sus pies a los asientos de los vagones, pues comenzaron a llenarse de líquido.
El área metropolitana se vio afectada desde cerca de las 19 horas que iniciaron las precipitaciones y los retrasos del Metro no se hicieron esperar.